Capítulo 2: El vistazo.

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Un día después de la intensa sesión de auto exploración de Zim, todo volvió a la normalidad como debería de ser.

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Por la parte de Dib Membrana, éste acudía a sus clases en una escuela particular debido al prestigio de su padre con sus laboratorios y también por haber sido de ayuda con la situación del Florpus.

—Dib, ¿acaso no sabes qué pasó con el extraño niño verde? -Cuestionó el profesor Membrana sirviéndole el desayuno a sus primogénitos.
—No lo sé, papá y no me interesa en lo más mínimo, tal vez se esté hundiendo en su miseria como suele hacerlo cuando falla en algo. -Argumentó Dib fríamente. —Terminé papá, saldré un momento, vuelvo más tarde.

Tomó su negra gabardina y se la puso, salió de su casa, tomaría un rumbo desconocido, o tal vez tomaría exactamente el mismo rumbo hacia la extraña casa verde con gnomos en el patio para echar un vistazo hacia lo que ha sido de Zim últimamente.

Con nerviosismo, llega Dib al patio delantero de la casa del extraterrestre, con miedo de que al pasar, alguna figura lo atacara, pero no fue así. Al parecer todo iba a la normalidad, hasta que tocó la puerta.

—¿¡QUIÉN!? -Gritó Gir. —Ah, no importa igual te voy a abrir.
—¿En serio, Gir?
—Sí ¡VEN, PASA!

Sin decir nada, Membrana caminó hacia la sala, no estaba Zim, solamente mini alce viendo la televisión. Lo cual le pareció extraño al ojicafé.
Con pena, Dib decidió preguntarle al robot dónde se ubicaba su amo.

—No lo sé ¡Baja! Tal vez esté en el laboratorio. -Ríe.
¿S-seguro?
—¡SÍ! -Gritó el robot con emoción al jalar una palanca que llevaría a Dib hacia abajo instantáneamente.

Entre cables y cosas que inusualmente encontraría en otra parte, el pelinegro oía ruidos extraños, algo parecidos a suaves jadeos, pero ¿de quién serían?

—Ugh, sí, maldi... ¡DIB CABEZÓN! ¿QUÉ HACES TÚ AQUÍ? ¿CÓMO OSAS INTERRUMPIR A ZIM DE SU MOMENTO PRIVADO?
—¿Qué demonios estabas haciendo? S-sabes qué, es mejor que me vaya. -Dijo perturbadamente volteando hacia otro lado.
—No, espera, eh... yo solo estaba, tú sabes...
—Claro que lo sé, Zim. Estoy seguro de lo que ví que hacías. Adiós.

Dada la conversación, Membrana decidió dejar la base de Zim para procesar lo que había visto hace unos instantes.

"Acaso... ¿Estaba masturbándose?" "¿Ese extraño órgano similar a su lengua era su órgano sexual?" Eran las dudas que brotaban de su cabeza, tal vez no veía tan mala la idea de descubrir la anatomía sexual de un irken. Pronto pondría en acción una descabellada investigación para su futura tesis en la universidad de ufología que involucraría a ambos.

Al regresar a su casa, Dib también se tomaría tiempo para pensar: "¿Por qué he dedicado tanto tiempo de mi vida a investigar los planes malvados de Zim y no a lo que hay detrás de ello, o entre sus... ¡Qué importa!"

"Tal vez sea bueno comenzar a explorar mi sexualidad..."

Sexología Irken.Where stories live. Discover now