Power Broker

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Disclaimer: Los Vengadores son de Disney y de Marvel. Solo la historia y los personajes que no reconozcan, me pertenecen. 

NOTA: Negritas es Ruso y cursiva son recuerdos. 

El lobo blanco, el soldado del invierno, el sargento Barnes, como quisieran llamarlo; odiaba las nuevas misiones. Desde que Sam Wilson había dejado el maldito escudo del Capitán América en el museo, ahora él debía actuar como su niñera. Estaba bastante aburrido, el solo quería ir a terapia, hacer las cosas bien y vivir su luto, ¿era mucho pedir?

—Me la pagarás, Wilson—anunció, subiendo al avión.

Jamás aceptaría que era su único amigo, porque se negaba a verlo como tal. Sentía que Sam le tenía lástima y solamente cuidaba de él debido al compromiso que hizo con Steve Rogers.

—¿Te interrumpí una cita o algo?—preguntó Falcon, alzando una ceja.

—Tengo cosas mejor que hacer que limpiarte el trasero—mencionó, viendo su teléfono móvil—Dices que tienes información acerca de los Flag-Smashers, ¿no?

—Un poco—mencionó Sam, pasándole una tableta electrónica—¿Sabes dónde está Madripoor?

James no pudo evitar juntar las cejas con nostalgia, recordando las cosas que habían pasado en ese lugar con la mujer que amaba.

—Si, en su momento estuve en ese país.

—Entonces puedes guiarnos—dijo Falcón, con una media sonrisa.

—Conozco a alguien que podría hacerlo mejor...

—Si te refieres a Zemo, ya lo hablamos Buck—dijo Sam—No es necesario meternos en más problemas de los que ya tenemos.

—Realmente pensaba en otra persona.

Aunque Sam Wilson pasó todo el trayecto hasta Madripoor tratando de averiguar quien era la misteriosa persona con la que Bucky Barnes estuvo en ese país, jamás consiguió que el Sargento le dijera nada. Se limitaba a darle respuestas cortas, o vagas, sin decirle lo que necesitaba saber.

—Hemos llegado.

—Aquí aprenderás a moverte, Wilson—mencionó Bucky.

Falcon realmente sudó frío en aquel viaje. A pesar de siempre haber sido discriminado y menospreciado por su color de piel, nunca tuvo que ocultarse o pretender que era otra persona, pero lo que más le impresionaba era lo bien que Bucky podía convertirse de nuevo en el soldado del invierno. Estaban en un bar, tomando vodka y whisky como si no hubiese otro día, cuando lo vio perder el papel por primera y única vez. El soldado del invierno, prácticamente escupió lo que estaba tomando cuando vio a una mujer rubia pasar.

—¿Yelena?

—¿Qué?—preguntó Sam, con los ojos entrecerrados—¿Encontraste a alguna de las personas de la lista?

—Ahora no es momento de ver esa maldita lista, Wilson. Tengo cosas más importantes que hacer.

—¿Cómo no va a ser importante?—preguntó Falcon, aún sintiéndose ridículo con las ropas que traía puestas—¡Es justo lo que estamos haciendo! ¡Para eso hemos venido!

Antes de que pudiera darse cuenta, Bucky Barnes ya lo había dejado solo, caminando detrás de aquella mujer rubia, que lucía un chaleco verde militar como distintivo. Una parte de su mente se preguntaba si era la persona con la que el sargento había conocido Madripoor antes. James, por su parte, caminaba apresurado para no perder de vista a Yelena Belova. La última vez que había sabido de ella fue cuando le cerró la puerta en la cara después de haber ido a entregarle las pocas pertenencias que pudo recuperar de Natasha Romanoff.

Inverno Rojo || One shots BuckyNat / WinterWidowWhere stories live. Discover now