Con las ganas.

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Disclaimer: Ni los personajes, ni la canción me pertenecen. Solo la historia es mía. 


Recuerdo que al llegar ni me miraste

Fui solo una más de cientos

Y, sin embargo, fueron tuyos

Los primeros voleteos


Habían pasado dos años desde aquella infame misión. James Buchanan Barnes aún no podía perdonarse todo aquello. Parecía ser algo simple, solo arreglar algunos cabos sueltos de su pasado, debía solucionarlo en poco tiempo, sobre todo si tenía a Natalia de su lado. Desde que se conocieron en la Sala Roja, dependían el uno del otro en niveles que el resto de los Vengadores no lograba entender.

Bucky recordaba despertar desesperado después del enfrentamiento sorpresa con el otro soldado del invierno. En cuanto logró enfocar los ojos, encontró a la Viuda Negra sentada junto a la ventana. Se veía tan hermosa, con esa aura de tristeza alrededor de aquellos ojos entornados que se negaban a llorar. Vestía unos sencillos pantalones de mezclilla con un suéter de punto azul, su cabello amarrado en una simple coleta la hacia ver aún más joven de lo que era. Parecía tan niña aunque hubiera vivido más de mil vidas que solo se notaban en las heridas que abrazaban su cuerpo.

—Natalia...

—¡James!

La pelirroja corrió a su lado. Todo lo que pasó era demasiado duro como para presentarse junto a él con la máscara de la Viuda Negra. Además, estaban solos en esa habitación. Con mimo, inspeccionó sus heridas corroborando una y otra vez que estuviera a salvo. James no dijo nada, atrayéndola a sus brazos. Natasha escondió el rostro en su cuello, su rincón favorito, aspirando su aroma. No le importaba que oliera a hospital, o que hubiera pasado varias noches en vela. Todo el cansancio había desaparecido ahora que estaban juntos.

—Estoy bien, muñeca.

—Promete que me llevarás contigo al resto de las misiones.

A James jamás le había dolido tanto el cumplir una promesa. Fueron juntos a enfrentarse al peor enemigo de ambos, uno de los principales culpables de todas sus pesadillas, el doctor Novokov. No fue difícil saber que era quien estaba detrás de todo lo que estaban viviendo. Era ese hombre quien había hecho las reprogramaciones en su mente cuando estaban bajo el domino de la KGB. Por él habían sido brutalmente violentados, convertidos en máquinas de matar para las necesidades de los gobiernos que los manejaban.

—Ten cuidado, cariño.

Natasha tomó a James de las solapas de la chaqueta de cuero que portaba, besándolo apasionadamente. La lengua de la pelirroja se introdujo en la boca del moreno, juguetona, como si no estuvieran en medio de una misión que podía ponerlos en peligro de muerte. Ellos se iban a seguir amando aún en el momento menos adecuado.

—Lo veo pronto, sargento.

Pero el sargento Barnes no volvería a ver a Natalia Alianovna Romanova, al menos no como la recordaba. Aquella pista fue una trampa para separarlos y hacerlo sufrir la peor tortura que alguien hubiera imaginado. Su mente estaba llena simplemente de furia cuando salió en busca de Natalia. Iba a recuperarla, sin importarle a quien tuviera que matar en el intento.

Lo que encontró fue dolor, un dolor indescriptible. Natalia había olvidado quién era él. Al caer en la trampa de Novokov, la Viuda Negra había quedado indefensa ante las armas que la organización que la crió había ido perfeccionando con el paso de los años. Al igual que los tres soldados rusos que los estaban atacando, le borraron todo recuerdo de James, S.H.I.E.L.D. y los Vengadores. Se encargaron de hacer su trabajo de manera eficiente, volviendo a tener a la bailarina perfecta de la KGB.

Inverno Rojo || One shots BuckyNat / WinterWidowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora