¿Por qué te vas?

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Disclaimer: Ni los Vengadores, ni la canción me pertenecen, solo los personajes que no reconozcan y la historia son míos. 

NOTA: ESTA ES UNA VERSIÓN OSCURA Y ALTERNATIVA DE MI FANFIC BUCKYNAT ORIGINAL: ANASTASYA POR SI QUIEREN IR A LEERLO, SE LOS AGRADECERÍA MUCHÍSIMO.

Nota 2: Diálogos en negritas son hablados en ruso.

Bajo la penumbra de un farol, se dormirán todas las cosas que quedaron por decir. Junto a las manillas de un reloj esperarán todas las horas que quedaron por vivir. Todas las promesas de mi amor se irán contigo. Me olvidarás. Junto a la estación, hoy lloraré igual que un niño. ¿Por qué te vas?

Decir que la relación entre el Soldado del invierno y la Viuda Negra era complicada es poco para explicar lo que ocurría entre ellos dos. Se habían enamorado cuando menos lo esperaban y en el peor lugar del mundo: dentro de la Sala Roja, la división encargada de crear espías de la KGB. Allí fue donde James, un hombre que había sido maltratado por la vida y sometido a toda clase de injusticias y torturas, había encontrado refugio en los brazos de una joven agente llamada Natalia Alianovna Romanova. Juntos comenzaron a descubrir de qué se trataba el amor y la pasión, descubrieron lo que significaba ser humano y esa misma humanidad los llevó a huir de la KGB una noche en Siberia, pero también tenían otro motivo: Natalia había quedado embarazada y ninguno de los dos permitiría que su hijo creciera en las garras de la más peligrosa organización soviética.

Iniciar una vida fue difícil para ambos pues no estaban acostumbrados a ser sus propias personas fuera de las ordenes de la KGB. Encontraron que sus personalidades no eran casi nada compatibles y que Natalia no sabía lidiar muy bien con las hormonas y los cambios a los que se enfrentaba por el embarazo. Sin embargo, su amor era fuerte y la necesidad de estar uno con el otro hizo que sortearan todas las dificultades que tenían hasta que llegó el día del nacimiento de su bebé.

Cuando a Natalia se le rompió la fuente, James la tomó en brazos y corrió como un loco hasta el hospital comunitario que se encontraba en el centro de San Petersburgo. Cientos de mujeres, hombres y niños en extrema pobreza veían a aquel hombre enfundado en un grueso abrigo rogar porque a su esposa, casi una adolescente, le hicieran un espacio en una de las camas de parto. Lo consiguió pero a costa de ser separado de ella y escuchar sus gritos impotentes clamando por él. James se dejó caer en el suelo con las manos sobre el rostro, sintiéndose el peor hombre del mundo por haberle hecho eso a Natalia.

— James... Yasha... — llamaba por su marido con desesperación. Necesitaba sostenerse a algo para seguir con esto.

Al escuchar a Natalia murmura su nombre, gracias al suero que corría por sus venas, a James no le importó nada más y corrió a ella. Ignorando los regaños de médicos y enfermeras, la tomó de la mano y besó su sudorosa frente.

— Ya estoy aquí, Talía... No estás sola tishina, tu puedes con esto y más.

Las contracciones siguieron y, cuando Natalia sintió que moriría de dolor, un llanto inundó la sala. Era tan fuerte que todos los voltearon a ver.

—¡Vaya pulmones que trae esta niña! — dijo la enfermera sonriendo antes de entregársela a la pareja.

— ¡UNA NIÑA! — James se había quedado pasmado, mientras Natalia se dedicaba a observar a la delicada y extraña criatura que habían puesto en su regazo —¡ES UNA NIÑA!

— Eso parece, Yasha — suspiró Natalia feliz — Es una niña que se parece mucho a su papá.

— No es pelirroja — James hizo un pequeño puchero, que se le borró del rostro cuando la bebé abrió los ojos, dejando ver los ojos que le pertenecían a su madre y a su hermana Rebecca — Natalia... ella es hermosa. Natalia, ella es...

Inverno Rojo || One shots BuckyNat / WinterWidowWhere stories live. Discover now