El comienzo

1.9K 43 2
                                    

~Capítulo 1

Abrí mi armario con el ceño fruncido. Decidido, un día de estos iba a ordenar toda la ropa de mi armario. Muchas prendas que se habían caído de su respectivo perchero estaban tendidas abajo del todo del mismo armario. Resoplé. Mi madre tenía razón, era muy desordenada, pero yo, nunca lo admitiría.

Eché una mirada al reloj de pared rosa de mi habitación para haber cuánto tiempo me quedaba para arreglarme, esa noche había quedado con mis amigas para celebrar que ya habíamos acabado los exámenes trimestrales. Mierda. ¡Me quedaban solo media hora!

Volví a echar una ojeada a mi armario hecho un desastre y no tuve más remedio que rebuscar entre las ropas tiradas para encontrar algo adecuado. Esa noche me quería arreglar como dios manda, pero nada me convencía porque, la verdad, es que no era muy buena para elegir ropa para salir de fiesta, rectifico, era pésima en eso. Me pase una mano por el pelo ¿Tan difícil tiene que ser elegir un modelito para salir una noche con tus amigas? Pues sí. Ellas siempre iban demasiado bien vestidas, siempre destacando pero yo…no era lo mío. Intentaba pasar por desapercibida.

Una pregunta se me cruzo por la mente. ¿Para qué me iba a importar arreglarme tan bien? Ningún chico se fijaba en mí. ¿Tampoco era tan fea no?

Corrí hacia el baño de mi habitación para mirarme en el espejo con detenimiento. Pelo pelirrojo, cejas finas-que por el momento nunca me las había retocado-ojos verdes claros, algunas pequitas adornaban mi cara y por último sonreí. Lo que más me gustaba era mi sonrisa, mis dientes eran lo más preciado para mí. Había estado llevando durante 2 años brackets y ahora mismo mis dientes ya estaban perfectos. Me alejé un poco del espejo para observar mi cuerpo. Era delgadita, y bueno, de tetas…la verdad es que siempre había tenido algo de complejo, me las veía…pequeñas. Pero como me decía mi madre ‘’Todo a su tiempo’’. Fruncí otra vez el ceño para mí misma. ¿Qué coño estaba haciendo analizándome a mí misma? ¡Así era yo y punto! A quien le gustara bien, a quien no, me daba igual.

Volví hasta mi armario para elegir-por fin-un vestido negro de encaje un poquito…corto. Ese vestido nunca me lo había puesto, me lo compró mi prima para mi cumpleaños y nunca había tenido la ocasión de ponérmelo. Bueno, todo tiene la primera vez.

Me puse el vestido a toda prisa viendo que ya solo me quedaban 15 minutos para que me pasaran a buscar mis amigas. Y me sumergí en mi gran armario para encontrar unos tacones a juego. Mi armario era muy grande y tranquilamente cabía dentro. Rebuscando, entre la ropa encontré una cosa dura. Lo cogí y salí del armario sujetándolo. Sonreí nada más verlo. Mi diario de cuando entre a la ESO. Era un cuaderno de tapas azules-mi color favorito-y con dibujitos de corazones hechos por mí y con un gran título: MI DIARIO.

Ese diario nunca lo había llegado a utilizar. Cuando entre en la ESO me prometí a mí misma que explicaría todo lo que me pasara durante esos 4 años, los chicos que conocería…pero como no surgió nada interesante acabe hartándome y guardándolo en el fondo de mi armario y así olvidarme de ese estúpido diario no interesante.

Y quién diría que, cuando estaba acabando 4 de la ESO, exactamente, a apenas de 2 semanas para acabar, me lo encontraría. Me daba pena. ¡No me había pasado nada interesante! Era una sosa. Mis amigas habían vivido sus primeros amores y yo…solo escuchando sin tener experiencia de nada sobre este tema. Estaba, frustrada.

Tiré ese diario en mi cama y volví a mirar el reloj. ¡No, no, no! ¡Solo me quedaban 5 minutos y mis amigas siempre llegaban antes de tiempo!

Sonó un timbre. Oh mierda. Ya habían llegado.

Encontré al final unos tacones a juego con mi vestido y me alisé el pelo y me maquille a toda prisa mientras escuchaba quejas de mis amigas abajo en la puerta.

Como dos gotas de aguaWhere stories live. Discover now