El mundo contra mi

1.3K 24 0
                                    

 ~Capítulo 6

Estaba más frustrada aun. Primero porque no había podido pararlo a tiempo para hablar con él y segundo porque faltaban poco de dos horas para que mi padre y mi hermana entraran por la puerta de mi casa.

Mi madre no paraba de dar vueltas por la casa, ordenándolo todo y limpiando el polvo para según ella no causemos una mala impresión y se viera “resplandeciente”.

-Mama, ¿Por qué intentas impresionarlos? No vale la pena, no se lo merecen-decía mientras estaba en chándal  y veía la tele con un cuenco de palomitas.

-Cariño, tienen que ver que la casa este bien limpia. A mí no me gustaría ir a una casa sucia y desordenada. Y vístete ya, dentro de poco llegan.

-Lo veo una tontería, esta casa siempre está limpia y ya estoy vestida mama.

-¡Digo que te vistas con ropa adecuada!

-¿Y si no quiero?-me encare a ella

-¡Me desesperas Sarah! Compórtate por una vez bien y vístete, sino no te dejare salir en 1 mes, sin móvil y sin ordenador ¿lo has entendido ya?

La fulmine con la mirada y me levante de mala gana para subir a mi habitación. Cuando llegué me puse una camiseta lisa de color amarilla y unos shorts tejanos, la camiseta me la puse por dentro del pantalón acompañado de un cinturón fino de color gris.

Me tumbé en mi cama y sin pensar, me dispuse a dormir.

**

-¡Sarah! Despierta, ya están abajo-me dijo mi madre zarandeándome-Te estamos esperando

-¿Eh? A sí, ya bajo-dije mientras me daba la vuelta para seguir durmiendo

Mi madre sin pensárselo me empujó de la cama haciéndome caer sobre el duro suelo de la casa.

-¡Auuch! ¡Mama!-dije pasándome la mano por mi culo que ahora mismo me dolía a horrores.

-Tú lo has querido, vamos, baja.

Me levante del suelo y sin mirar como llevaba el pelo y mi ropa-que seguramente ya estaría mal puesta-salí de mi habitación.

Cuando iba bajando por las escaleras pensaba en lo que me esperaba abajo. A mi hermana y a mi padre que hacía ya muchos años que no los veía. ¿De verdad tenía que verlos? ¿Por qué mi madre me obligaba a una cosa que yo no quería? A sí, que se venían a invadir mi espacio después de años sin vernos. Los odiaba, eso lo tenía asegurado.

Una vez abajo, vi como en el sofá habían sentados-de espaldas a mí-una chica con una melena pelirroja como la mía y al lado suyo una cabellera ya con entradas de calvicie. Respiré hondo intentando aguantar las lágrimas y pensé en los años que había sufrido por su ausencia y eso hizo que mis lágrimas se evaporaran de golpe.

-Hola-dije secamente

Las dos personas del sofá se giraron hacia mí. Sandy estaba sonriendo abiertamente y mi padre se mostraba serio, como siempre, pero con una chispa de emoción al verme.

-Sarah-dijo mi hermana con lágrimas en los ojos.

<<Sarah, se fuerte>>me animaba mi subconsciente

-Sandy-dije mirándola sin mostrar ninguna emoción en mi mirada-papa.

Sandy se levantó del golpe del sofá y me abrazo fuertemente mientras sollozaba en mi hombro. No le correspondí al abrazo, no quería. Lo único que quería era hacerle saber que seguía enfadada por su actitud de dejarme de lado durante todos esos años.

Ella, al ver que no seguía el abrazo se apartó mirándome fijamente.

-¿Qué te pasa? ¿No te alegras de verme?

-No-me impresione de que pude articular palabra y me aventure a seguir-¿Cómo quieres que me alegre de que después de tantos años te intereses por mí? Ya te lo dije, por mucho que nos parezcamos ya no eres mi hermana.

-¡Sarah!-me grito mi madre-¡Es tu hermana!

-¡Me da igual!-grite llena de rabia

-¿No le dirás ni hola a tu padre?-me dijo mi padre sentado en el sofá aun

Solté una carcajada irónica-Bromeas tú también ¿verdad? ¿Cómo tu puedes también pensar que quiero verte? ¿Acaso no sabéis las noches que llore porque me dejasteis sola con mama? ¿¡Por qué coño no lo entendéis!? Cuando os llego a superar volvéis otra vez a mi vida ¡No os quiero en mi vida, joder!-las lágrimas acumuladas empezaron  a salir sin parar mientras mi padre me miraba con los ojos muy abiertos y mi hermana ya sollozando sin parar.

Y…no tardó en llegar un guantazo en mi mejilla. Instintivamente me lleve la mano a donde había sido golpeada sin dejar de llorar. Mi madre me había pegado, otra vez.

-Vete a tu habitación-me dijo mi madre

-Vale, muy bien-subí las escaleras de dos en dos y antes de entrar a mi habitación no pude aguantar y grite: ¡Que os jodan! ¡Os odio!

Cerré la puerta en un golpe seco y corrí hacia mi cama para ponerme a llorar a moco tendido. Ahora mismo, odiaba a mi familia. Mi madre me había defraudado poniéndose del lado contrario, estaba sola.

Después de dos horas llamaron a mi puerta. No respondí a lo que sin preguntar más veces entraron y alguien se sentó al borde de mi cama.

-¿Vas a bajar?-me preguntó mi madre acariciándome el pelo

Me di la vuelta para verla y le quite la mano de mi pelo para que no siguiera acariciándomelo.

-No, ya lo dije, no quiero saber nada de ellos-respondí secamente

Mi madre se levantó mirándome con el ceño fruncido y llevándose las manos a la cara resoplando. Por lo visto no había captado la idea de “no quiero saber NADA más de ellos”

-Pues te tendrás que aguantar. Vamos a volver a ser una familia y tú formaras parte de ella ¿entendido? No quiero más quejas sobre ellos, porque encima que vienen por ti tú los recibes así.

Solté una carcajada llena de ironía por las palabras de mi madre. ¿De verdad me estaba hablando en serio?

-Mira mama, no vamos a llegar a ninguna parte con esta conversación. Nunca hemos sido una familia unida y ahora menos lo vamos a ser.

-Pues tu hermana dormirá contigo hasta que hagáis las paces

Me levante de golpe de la cama.

-¿¡Qué!? ¡No, no, no! ¡Es mi habitación! ¡Es el único sitio privado para mí y tú me lo quieres arrebatar! ¡No la voy a dejar entrar! ¡Ni flipando!

-¡Harás lo que yo te diga!-me dijo mi madre alzando también la voz-esta noche se instala en tu habitación ¿sí?

-¡Que no! ¡No pienso permitir que una pija de Inglaterra venga y se me acople a mi habitación!

Y…otra vez, guantazo de la mama. Me estaba hartando ya de los guantazos. Des que había la conversación sobre mi padre y mi hermana, siempre acababa recibiendo. ¿Acaso no tenía razón en lo que decía?

Enfadada por esos actos que hacía para callarme me rebele.

-¡Para de callarme con un guantazo! ¡No lo soporto más! ¡Vivíamos bien las dos juntas! ¿Por qué de golpe cambias de opinión y quieres centrarte en ellos?

-No me calientes más Sarah…ya te lo explique todo. ¿No entiendes que lo que siempre e querido a sido tener una buena familia feliz? ¿Por qué no estas contenta?

-Porqué con esta gente es imposible tener una buena familia-me giré y al ver que no se iba de mi habitación me encerré en mi baño. Aquí si que nadie podría echarme.

Como dos gotas de aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora