Despedidas (Parte II)

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~Capítulo 21 (seguimiento del 20)

Si...es cortito, pero es que las despedidas las he querido poner en 3 capítulos ;)

Espero que os guste :D

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Durante el trayecto todo fue en silencio, yo solamente me aferraba a la mano de Alan intentando que mis emociones no me traicionasen y me pusiera a llorar por el dolor que me había causado Federico.

Según Alan, teníamos que hacer varias paradas antes de ir al aeropuerto. Y en menos de 10 minutos ya estábamos en la primera parada: la casa de Sabella. Había quedado con mis tres mejores amigas para despedirme en su casa, no quería hacerlo y tenía miedo pero por suerte, de momento tenía a mi lado a Alan.

Al estar delante de la casa de Sabella, me quite del agarre de Alan y baje del coche con ansias de abrazar a mis amigas. Corrí hacia la puerta y respirando hondo, piqué al timbre. No tuve que esperar mucho para que la puerta se abriera dando paso a mis tres amigas que ya me miraban con los ojos llorosos y se abalanzaban hacia mí para abrazarme. Casi me ahogan por su abrace.

-Sarah…no quiero que te vayas-me lloriqueo Irina en mi hombro.

No pude reprimir mi llanto que, no solamente era por la separación de mis amigas sino, también por Federico, vi que era un momento para poder desahogarme.

Mis amigas me hicieron entrar en su casa y nos pusimos a hablar despidiéndonos pero, la conversación se haría más larga.

-¡Y hablaremos por Skype!-dijo Sabella volviéndome a abrazar.

-Eso ni lo dudes-dije haciendo una mueca que era lo más próximo a una sonrisa.

-Sarah, tenemos que irnos-me dijo Alan ingresando en la casa. Se había mantenido al margen esperando en la puerta principal.

Me levante sin decir nada y después de hacer otro abrazo grupal y soltar algunas otras lágrimas, me despedí de ellas. Fui hacia Alan que sin decirme nada me abrazo, le correspondí volviendo a lloriquear.

-Federico tenía razón.-dije en un susurro para mí

-¿De qué tenía razón Federico?-me pregunto Alan alejándose de mi para mirarme a los ojos confundido.

-No, de nada, cosas mías-empecé a andar para el coche pero Alan me paro poniéndose delante mío.

-¿Qué te a echo?-me cogió la cara con sus manos.

-Nada, Alan.

-No me vas a mentir, dímelo Sarah, ¿Qué te hizo?

-¡De verdad Alan, no quiero hablar sobre eso ahora!-me solté de él

-En algún momento me lo tendrás de decir

-Eso será cosa mía.

Y callados, subimos otra vez al coche.

La próxima parada fue los juzgados. Miré a Alan con el ceño fruncido sin saber por qué estábamos en ese edificio.

-¿Qué hacemos aquí?-pregunte

-¿Tienes el DNI de tu hermana?-me pregunto sin hacer caso a mi pregunta

-Si-se lo di-ahora dime ¿Qué hacemos aquí?

-Ahora lo sabrás, vamos-me abrió la puerta del coche y bajamos.

Esta vez también bajo John con nosotros, que aún tenía sus cascos puestos escuchando música. Entramos en los juzgados y Alan me dijo que esperara en unos asientos mientras él hablaba con la recepcionista de allí. Me senté al lado de John. Eché una mirada al edificio aburrida ¿Para qué me había llevado allí?

Alan después de hablar con la recepcionista, un hombre fue hacia él y empezaron a hablar. Hubo un momento que los dos me miraron y se cuchicheó algo ¿Qué estaba pasando? No me enteraba de nada.

De golpe vino otro chico así de nuestra edad y saludo a Alan con un choque de manos y un abrazo. Típico en los tíos. Después de que Alan dejara de hablar con él hombre vino hacia mí y me levante.

-¿Qué es esto Alan?

-Ven tenemos que firmar unos papeles antes de irnos. Si te preguntan si eres Sandy solo di que sí.

-¿Por qué?-pregunte andando detrás de él-Alan, dímelo ya.

-Te lo diré más tarde, ahora sígueme el juego.

Alan, John, el conocido de Alan y yo, entramos en un despacho donde el hombre de mediana edad estaba sentado en una gran butaca con unos papeles en mano.

-Sentaos por favor-nos dijo el hombre

Alan y yo nos sentamos mientras que John y el conocido se quedaron de pie.

-Menos mal que Alan me dijo de adelantarlo, sino, no hubiera podido cambiar el día. Bueno, a ver…mirare los DNI-dijo mientras miraba los DNI que le había dado Alan-Mmm…hoy cumple 18 ¿no?-Alan asintió y yo me maldecí por dentro. ¡Mierda! Me había olvidado de que el día de la huida era su cumpleaños-Muy bien, ¿tu eres Sandy verdad?

Asentí nerviosamente intentando parecer normal.

-Vale, pues, estos dos muchachos testigos, que firmen aquí.-dijo dándoles un papel a cada uno-y vosotros dos aquí, que bien que vuestros padres hubieran dado el permiso hoy, se os ve unos jóvenes enamorados-dijo dándonos una sonrisa.

Espera, espera, espera…. ¿jóvenes enamorados? ¿Qué le hacía pensar eso a ese hombre? ¿Por qué tenía que firmar unos papeles? Estaba tan cansada de todo que firme sin importarme, solo quería que saliera del país y ahorrarme casarme.

Después de todos los papeleos y que ese hombre hablara sin parar, Alan le dio las gracias y salimos del juzgado, yo aún, un poco aturdida.

-Ahora mismo me lo vas a explicar todo-le dije cuando estábamos en el coche y ya habíamos despedido al conocido de Alan.

-Ahora no, en el avión ¿sí?

-¿Por qué tanto misterio?

-Es por tu bien Sarah, de verdad.

-¡No me digas que es bueno y que es malo! ¡Todo esto es una mierda! ¡Dímelo ya, joder!

-Para Sarah.

-¡Que me lo digas!

-¡Estamos casados! ¿Vale? ¡Ya está, ya lo he dicho!

¿Había dicho casados?... ¿Qué me había perdido?

Como dos gotas de aguaWhere stories live. Discover now