¿¡Qué..!?

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 ~Capítulo 10

Mi sonrisa desapareció en el mismo instante que lo vi. No, no podía ser. ¿Estaba saliendo con mi hermana? ¡Si cuando lo conocí me dijo que no salía con nadie! Pero a ver, ¿Por qué me dolía?

Alan también se puso serio de golpe al verme, se quedó mudo, al igual que yo.

-¡Sarah!-grito mi hermana levantándose del sofá viniendo hacia mí-eh, ¿Sarah, Federico?-nos preguntó a los dos que llevábamos aun nuestras manos entrelazadas-¡No me digas! ¡No me digas!-mi hermana empezó a dar pequeños saltitos mientras se dirigía a Alan para levantarlo del sofá y que, después de apenas 2 semanas, me lo encontrara delante de mí otra vez. Aun los dos seguíamos mudos sin decir palabra alguna.

-Sí, Sandy-respondió Federico, que, aunque mi hermana no hubiera hecho alguna pregunta ya se sabía de qué era. Me atrajo a él para abrazarme por la cintura y darme un beso en la mejilla.

Respondí sonriendo nerviosamente.

-¡Ay que tonta yo!-dijo mi hermana sonriendo abiertamente-mira Sarah, él es mi novio, Alan-cogió la mano de Alan para acercarse a mi mientras yo le quitaba suavemente las manos de Federico que estaban posadas en mi cintura-Alan-miro unos segundos a su novio-Ella es mi hermana de la que te hable, Sarah.

Alan me sonrió y yo le imite acercándome a él para darle dos besos en las mejillas, después de este acto me quite rápidamente para volver al lado de Federico, que en esos momentos lo necesitaba.

-Por cierto, Sarah, mama y papa dijeron que como las cosas están un poco mal en eso de vivir en la misma casa y tal pues…mama y papa se fueron 2 días a un hotel.

-Pues por mi si se van al polo norte. Me dan igual ya-Federico me cogió de la mano y yo, intentando marcar territorio sobre que la casa aún seguía siendo más mía que de Sandy le lleve hasta el sofá.

-Yo solo te avisaba porque Alan se queda a dormir.

-Pues muy bien-respondí lo más seca que pude.

No entendía el porqué, pero había una cosa en mí que me hacía que me doliera que Alan fuera el novio de mi hermana. Ya me había pensado que no lo vería nunca más y ahora viene y ¡plas! Aparece de la nada. Aparte de que ya estoy suficientemente estresada con que mi madre haiga cambiado de parecer y quiera comenzar otra vez con mi padre, que me encasqueten a mi hermana gemela en mi habitación y que encima, mi querida madre se rebote contra mí.

Ya esto era el remate total. La suerte no venía conmigo, lo único que bueno que veía era que Federico había aparecido en mi vida y a diferencia de Alan, no había desaparecido de golpe sin quedar rastro.

Federico (que no perdía tiempo) empezó a dar pequeños besitos en el cuello haciéndome estremecer, ¿Cómo unos simples besos te podían dejar tonta?

-Fede…para por favor-le susurré dándome cuenta que mi hermana y Alan estaban delante nuestro observándonos.

El suspiro y tal y como le dije, paro y me dio un beso en la mejilla para después levantarse del sofá.

-Me voy a tener que ir ya-dijo Federico yendo a despedirse de mi hermana y Alan

-¿Ya?-pregunté levantándome del sofá

-Sí, lo siento-me dio un beso en la frente (él era unos cuantos centímetros que yo)

-No, tranquilo…te acompaño a la puerta

-¡Adiós Federico!-grito mi hermana en el salón cuando él y yo nos encontrábamos en la puerta

-Cómo han cambiado las cosas en pocas horas ¿eh?-le dije tímidamente.

Como dos gotas de aguaWhere stories live. Discover now