No me dejes.

1.2K 21 0
                                    

 ~Capítulo 16

7 días. Habían pasado 7 días des de que le conté todo a Federico. Des de esos 7 días, aunque tuviéramos colegio, me había intentado evitar, no quería cruzarse conmigo y mucho menos hablarme cuando intentaba pararlo para que me dijera algo al respecto. Me estaba haciendo daño. ¿Acaso no se daba cuenta que en todo caso tendría que ser yo al que estuviera mal? ¡Era yo la que me iba del país dejándolo todo! ¡No él!

-Federico, ¿tienes un momento?-le pregunte ya al décimo día sin tener respuesta suya.

El me miro dudando un poco y-por suerte-acepto sin decir palabra. Solamente moviendo la cabeza de arriba abajo.

Nos dirigimos al rincón del patio, donde la última vez saltamos la valla para pasar la mejor tarde de mi vida, cuando pensaba que todo en mi vida se iba poniendo bien y tenía a alguien que me quería. Hasta que llegue a mi casa y toda  mi ilusión cayó en picado.

Me senté en el suelo reposando mi espalda en la pared y cerrando los ojos mientras ponía mis manos cubriendo mi cara.

<>

Mis lágrimas estaban queriendo salir, pero hice un esfuerzo conteniéndome. Estábamos callados, ninguna hablaba y yo no sabía cómo empezar.

-¿No dirás nada?-fue lo único que pude decir con voz débil. Aun no me atrevía a asomar mi cara para verle, no podía.

-¿Qué quieres que diga?-me preguntó. Noté que se ponía en frente mío pero yo no lo veía.

-No sé, todo estaba bien con nosotros hasta que…bueno-mierda, mierda, mi voz cada vez se entrecortaba más, ya me notaba los ojos húmedos. Me aclare la garganta-ya lo sabes Federico.

-Tú me dejaste claro que querías acabar con esto porque no aguantarías el estar en otro país teniendo relación a distancia. Pero ¿sabes? Yo sí que sería capaz de hacerlo, porque te quiero.

Ya está, me acababa de dar algo. ¡Me había dicho que me quería! Pero la verdad es que nunca me lo hubiera imaginado en estas circunstancias, más bien me lo imaginaba después de darnos un apasionado beso o de haber quedado para pasar la tarde juntos. No así. ¡Lo admito! Soy cursi, pero ¿Qué chica no sueña con eso?

Quite mis manos de mi cara para verlo. Las lágrimas ya habían salido y ahora corrían libremente por mi cara, una tras otra, como si quisieran hacer una carrera para ver cuál era la más veloz y que otra saliera de mis ojos para hacer lo mismo. Ahora se pensaría que era una niña debilucha y llorona. Todo lo contrario que quería hacerle ver.

Federico se me quedo mirando con los ojos muy abiertos, como si no supiera que hacer en estos casos y ya, muerta de vergüenza, me iba a tapar otra vez mi cara con mis manos cuando Federico me agarró con sus manos mi cara para quitarme las lágrimas atraerme a él para que me abrazara fuertemente. Y yo, como si dependiera de sus brazos, me aferre a ellos aun sollozando.

-Joder Sarah, no quería que te pusieras así…no llores princesa por favor, perdóname, perdóname por ser tan insensible de no ver que estabas sufriendo por esto y por ser tan egoísta de no darme cuenta de que esto tiene que ser muy duro para ti. Lo siento, me quedé en shock cuando me dijiste que te ibas, no quería que estuvieras lejos de mí y el saber que te tienes que ir por no arruinar tu vida, me dejo aun peor.

Yo seguía sin decir nada, solo sollozaba mientras que Federico se lamentaba de lo que me había causado y lo imbécil que decía el que era.

-Cállate ya Federico. No te culpes más veces. Yo tengo la culpa de haberte dicho que no podría estar saliendo contigo a distancia…tampoco mentí, porque creo que no podría tenerte lejos.

Como dos gotas de aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora