a little bit colder

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Miraba mi reflejo en el espejo, estaba todo sudado, mis piernas temblaban y el cansancio se apoderaba de mi rostro. Acababa de terminar las pruebas físicas, me encontraba en los vestuarios del estadio de Tokio. Me sentía extraño, aliviado por una parte, pero muy preocupado por otra. En esos momentos me daba cuenta de todos mis fallos y me repetía que lo podía haber hecho mucho mejor. Cierto que di lo mejor de mí mismo, pero, ¿y si eso no fue suficiente?

En el camino de regreso, mis padres se mantuvieron callados, lo cual agradecí, no tenía ganas de hablar. Me dolía la cabeza, en lo más profundo de mi ser, sentía que aunque fuese elegido, no estaría feliz del todo. Tendría que dejar todo lo que conocía y empezar una vida de cero, bastante lejos de mi hogar. No vería a las personas que quiero por mucho tiempo y eso me asustaba demasiado.

Hayami me dijo que fuera a su casa cunado descansase del viaje y le contase todo, pero no lo hice. Me llevé todo un día metido en mi cama, durmiendo y luego salí a correr por el atardecer. Quería despejar mi mente como fuese, pero al parecer nada parecía funcionar. Pasaba por el camino que miré a Hayami a los ojos por primera vez, hasta el cielo estaba tan rosado y anaranjado como aquella vez. Me paré a sentarme en un banco de hormigón que había allí, ya sabía lo que tenía que hacer, pero no me gustaba nada.

Sentí como alguien me tocaba el hombro y no me asusté para nada, sabía de más de quien se trataba. A Hayami siempre le gustó aparecer de la nada al parecer, al principio siempre me asustaba, pero me acostumbré tanto a su presencia, que hasta teniéndola varios metros alejada, sabía que era ella. Giré mi cabeza para mirarla, traía una bolsa, seguramente salió a hacer recados. Me levanté suspirando y la encaré.

Jamás la vi con el pelo recogido, se había hecho un pequeño moño con ayuda de un lápiz. El viento frío movía nuestros flequillos. Sonreí de lado ante eso, estaba especialmente guapa en ese momento, pero mi rostro volvió a la tristeza cuando se me pasó por la cabeza lo que tenía que hacer en ese momento. Si lo no hacía ahora, jamás lo haría.

- Hayami, ¿yo te gusto?

Ella abrió su boca y quedó callada durante un rato. Pareció no escucharme o no haberlo entendido, pero seguí con mi cometido.

- A mí me gustas, pero sólo como amiga.- mentira.- Por eso, si yo te gusto, preferiría seguir siendo amigos.

Más mentiras y ella seguía sin contestar.

- Pero si me voy, posiblemente no nos veamos en mucho tiempo, en muchos años. Si vuelvo algún día, no sé si estarás aquí o si me seguirás recordando... Por eso quiero... Yo quiero... Quiero que no nos veamos más.

Ella quedó todavía más sorprendida y arrugando sus cejas, dio un paso hacia atrás.

- Hayami, vamos a romper esta amistad. Es lo mejor para ambos.- me temblaba la voz y no era capaz de mirarla, sólo me mantenía cabizbajo.

Todo se quedó en silencio, después de un rato, levanté mi cabeza y ya no estaba. La vi que caminaba a lo lejos. No la escuché marchar, como si no fuese ella misma.

Yo mismo me rompí el corazón ese día y empecé a correr veloz. No quería parar hasta que mis piernas sangrasen o caerme por alguna barranca y partirme la cabeza. Aunque eso hubiera sido bastante infantil, yo me sentía más maduro y que había hecho lo mejor para nuestra relación. La distancia acabaría por romperla, así que yo ya me adelanté.

COME BACK HOME (Oliver Aiku × OC) [Blue Lock]Where stories live. Discover now