rolling papers

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Lo que nos dicen cuando somos pequeños es una patraña. Si eres bueno, la gente será buena contigo, si te esfuerzas, ese esfuerzo se verá recompensado, detrás de una mala racha, vendrán buenos tiempos. Hay personas que por muy buenas que sean y por mucho que se esfuercen, el destino tiene para ellos algo totalmente diferente a lo que se merecen. Hayami Arai era la prueba viviente de eso, una chica totalmente pura de corazón con una mala suerte digna de un criminal.

- No te corresponde...- susurré para mí mismo. Yo cambié mucho, pero seguía siendo un bebé llorón. Así que ahí estaba llorando otra vez, en el suelo de mi habitación, por esa chica que me daba pena.

Me preguntaba si me hubiera quedado aquí con ella, algo hubiera resultado diferente. Seguramente sí, nuestras vidas serían completamente diferentes. Pero por el simple hecho de que hablo de mi vida, ¿no tenía yo derecho también a vivirla como quisiese? Mi mente era un campo de batalla, una lista interminable de contradicciones que no me dejaban dormir.

Al día siguiente volví al ayuntamiento a hacer los trámites por fin. Según el estado, ya no tenía ninguna vinculación al pueblo, pero el hecho de que todo lo que sentía era gracias a este lugar, no podía cambiar nunca. Pensando en mis cosas, choqué con alguien sin querer.

- Perdona... No te vi.- me disculpé y me iba a marchar cuando me agarró de la muñeca, sobresaltándome.

- ¿Aiku? ¿Oliver Aiku?- era una chica de pelo negro y ojos marrones, por alguna razón se me hacía familiar, pero no podía recordar bien.- Soy yo, Yoha Tanaka, fuimos compañeros en secundaria.

Yoha, una de las chicas que siempre iban con Carla. Ahora que la recordaba, también había cambiado mucho, se cortó el pelo casi hasta quedar pelada, estaba más rechoncha y se pintaba los labios de rojo chillón. A esa chica nunca le gustó destacar, siempre la vi como que seguía a sus amigas porque no le quedaba otra, pero ahora parecía muy independiente y extrovertida.

- Oh, lo siento, no te reconocí. Ha pasado mucho tiempo, ¿cómo has estado?- me rasqué la cabeza algo incómodo, no se me daba bien eso de iniciar conversaciones.

- ¡Bastante bien! Abrí un bar de copas en el pueblo hace un año, la verdad es que va todo súper bien. ¿A ti también, no? Siempre estás en la tele.- sus ojos brillaban, como si estuviese emocionada por algo.

- Sí, pronto me iré a jugar a un club italiano. Espero que me invites a una copa algún día de estos.- sonreí quitándome las gafas de sol.

- ¡De eso quería hablarte! Supongo que no te has enterado... Bueno ahora iba a tu casa a entregarle la carta a tu madre, pero ya que estás aquí, te la entrego a ti.- me dio un sobre rosa claro, parecía una invitación.- ¿Te acuerdas de Carla? Un año después de que te marcharas, volvió a su país y no la volví a ver hasta hace dos meses. Estuvimos en mi bar hablando y me propuso hacer una reunión de antiguos alumnos y, ¡no me pude quejar!

Suspiré aliviado, creí que era una invitación a una boda o algo por el estilo. Si se trataba de una reunión, no tendría que fingir una sonrisa durante todo el rato, podría pasarme y si me gustaba el ambiente, quedarme o no.

- ¿La celebras en tu bar? Yo sólo estaré aquí hasta que termine las vacaciones escolares de verano.- empecé a sacar la tarjeta para echarle un ojo y así evitar el contacto visual directo con ella.

- Sí, bueno, hemos reservado un sitio más privado y grande, pero mi bar se encarga del catering. No te preocupes, es para dentro de una semana y media. Oye, ¿tú eras amigo de Arai Hayami, verdad? Es que es a la única que me queda por darle la tarjeta.- me la ofreció y yo la recogí sin saber muy bien por qué lo hacía.

- Hace mucho que no la veo, ni siquiera sé dónde se ha mudado ahora...- medio mentira, medio verdad. Quería devolverle el papel, pero sonrió. Era obvio que quería dejarme el marrón.

- Yo iba a ir a la editorial en donde trabaja, la única del pueblo en realidad. ¿Podrías ir a llevársela tú, si no te importa? Es que estoy súper liada en el trabajo y tal...

- Sí, claro, no me importa. No tengo nada qué hacer de todos modos.- le sonreí.

- ¡Muchas gracias! Me sacas de un apuro, de verdad. Bueno, yo me marcho, encantada de volver a verte. ¡Y espero verte en la fiesta!- gritaba mientras se alejaba rápido.

- Sí, cliri ni mi impirti...- susurré para mí mismo.- Seré idiota.

Hayami dejó claro que no me quería volver a ver en su vida y ahora iba yo a ir a buscarla a su trabajo. Todo un acosador. ¿Una editorial? No sabía que aquí hubiera una empresa así, quizás era nueva. ¿Qué hacía ella trabajando allí? La verdad es que nunca me dijo lo que quería hacer con su vida, nunca me habló de sus sueños o de lo que quería estudiar. Si me pongo a pensar, nuestra amistad se basaba en mí... Genial, ahora me sentía aun más egoísta, no sabía nada de Hayami.

COME BACK HOME (Oliver Aiku × OC) [Blue Lock]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora