Capítulo 17

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La temporada parecía que se había convertido en una buena rutina. Adam mantenía una perfecta forma física, y estaba demostrando que era un valor en alza para el equipo.

Elsa empezó a trabajar en un modesto, pero profesional, centro de masajes terapéuticos. Con su presencia allí, y su evidente gancho comercial, el negocio se disparó como un cohete. Antes de navidades, ya tenía una propuesta firme de ampliación del negocio, convirtiéndose en socio igualitario. Aunque sus compañeros vieron sólo al gancho comercial, pronto descubrieron que era una estupenda profesional. Aunque aún la pinchaban con pequeñas bromas sobre su faceta de “arma letal”, como la habían bautizado en algunas tertulias sociales. No tardaron en descubrir que tenía conocimientos de jiu-jitsu y kenjutsu, y es que tres años en Japón, dieron mucho de sí. Sobre todo cuando tienes un objetivo y mucha motivación, propia y de tus profesores. Mai fue muy concienzuda con su educación. Y la defensa personal era un arma más. No solo podías defenderte de posibles agresiones, sino que mantenías una buena forma física y un buen tono muscular. El cuerpo de Elsa era su bien más preciado, había que cuidarlo y protegerlo.

Las navidades estaban a la vuelta de la esquina, y con ellas las vacaciones.  

Un merecido descanso, un cambio de rutina, volver a casa…una pieza más del puzle. Elsa comenzó a trabajar en su siguiente avance.

Ethan avanzó por la sala del hotel con determinación. Ella estaba allí, estaba seguro. Las redes sociales tenían su utilidad después de todo. Primero le habían quitado de encima a aquella insulsa de Scarlett, y ahora le estaban poniendo en bandeja a la joya de la corona. Hacía un mes que había rumores en la red de que Adam y la diosa de su novia habían roto. No había confirmación. Pero las fuentes confirmaban que vivían en pisos separados, y las malas lenguas aseguraban, que sólo se juntaban para cumplir con los compromisos publicitarios y sociales. Tenía que hacerse con ella a cualquier precio. Sabía que él le atraía físicamente, sólo tenía que tirar de esa cuerda y llevarla a su terreno. Cuando Adam estaba a su lado, no podía hacer ningún avance. Pero ese día, el pobre iluso estaba en Francia haciendo un anunció con algunos de sus compañeros. Ella estaba sola, en un hotel en la capital del reino. Era su oportunidad. Sabía que estaba en una suite, así que sobornó a uno de los botones para que le diera el número. Mientras subía por el ascensor, no podía dejar de sonreír. Había sobrevivido a base de las noticias y de los videos de ella en youtube. Cada vez que veía el video del helado, se ponía duro como una piedra. Él estaba allí, y estaba convencido de que más de una vez, era a él a quien miraba mientras saboreaba su golosina. Había estudiado su personalidad, algo le decía que era una mujer de rompe y rasga. ¡Maldita sea!, salía con un jugador de rugby de casi dos metros. Y mientras lo hacía, se le insinuaba. A esa tía le gustaba jugar fuerte.

Cuando llegó a la habitación, la puerta estaba entreabierta. Había algunas personas pululando por el gran salón. Entró, y nadie le dijo nada, ni siquiera le prestaron atención. Escudriñó el lugar, y la encontró apoyada en la barandilla de la terraza. Las puertas estaban entreabiertas. Vio su oportunidad y la aprovechó. En silencio se acercó hacia ella, y sin decir nada, se colocó detrás de ella, muy pegado. Deslizó la mano sobre su trasero y lo apretó posesivamente a la vez que empezó a susurrar en su oído.

-           Me muero por hundirme entre tus piernas.-

Ella se giró hacia él, pero sus ojos no le sonreían, parecían escupir fuego. Sus manos lo apartaron con fuerza.

-           ¿Pero qué demonios…?.-

-           Me deseas, no lo niegues.-

Elsa le propinó tal bofetada que le volvió la cara.

-           Apártate de mí, cretino.-

-           ¿Cretino?. Te mueres por follarme, reconócelo. Eres una niña mala.-

-           Tienes una imaginación alucinante.-

-           ¿Imaginación?, tú me tocaste, y fue increíble.-

-           Toco a muchas personas, soy fisioterapeuta, es mi trabajo. Pero no me acuesto con mis clientes.-

-           No yo soy un cliente, zorra. Tú me…-

-           ¿Yo qué?.-

-           Me corrí cuando me tocaste en…-

-           Eso sólo dice que eres un pervertido.-

Elsa intentó salir de su acorralamiento, pero Ethan la agarró por la muñeca para impedirlo.

-           Te me insinuaste, incluso con tu novio delante.-

-           Estás enfermo.-

-           Elsa, ¿estás bien?.-

La voz de Adam llegó desde el acceso a la terraza. Ethan apretó la mandíbula con demasiada fuerza. Aquel idiota tenía que estar a kilómetros de allí. Pero no, allí estaba, y acompañado de otro par de tipos enormes, compañeros del equipo, seguro. Pero eso no era lo peor, detrás de la puerta, había un cámara de televisión, y el pilotito estaba encendido. Reconoció la cara de un reportero local conocido. Volvió su atención hacia Elsa, y entonces vio el micrófono sujeto a su ropa.

-           ¿Lo has grabado todo?.-

El cámara asintió al reportero. Mierda, eso pintaba muy mal. Había acosado a una famosa y lo habían grabado. Caminó hacia el exterior, como si le hubiesen puesto un petardo en el culo. Adam hizo un amago de cogerle por la pechera, pero uno de sus compañeros lo retuvo.

Cuando Elsa se acurrucó en el consolador abrazo de Adam, no pudo esconder su sonrisa de satisfacción. El cretino había caído.

Las noticias de la tarde fueron todo lo incisivas que Elsa deseó. Ethan fue vapuleado con dureza. Su imagen pública jamás se recuperaría de un golpe como aquel. La primera ficha había sido empujada, la cadena de acontecimientos se precipitaría hacia el objetivo. Su imagen pública, su reputación, después se resentiría su trabajo y finalmente, el rechazo por parte de los suyos. El pozo le esperaba, y nada podía salvarlo de él.

Elsa sonrió, el trabajo estaba hecho. No necesitaba estar allí para verlo. Sabía lo que iba a pasar.

Una nueva cazadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora