Capítulo 11.

19 6 7
                                    

Pasaron un par de semanas desde aquel enfrentamiento entre Jackson y Liam, desde entonces las cosas iban más que bien para el nuevo grupo de amigos que se formó entre las dos chicas y Liam.

En cuanto a los lobos, todo estaba bajo control, ya que aún faltaban unas semanas para la próxima luna llena, debido a eso John aprovechó para ir con otros de la manada a buscar información sobre quien activó la maldición del Liam y para eso tuvo que contactar a ciertos conocidos sobrenaturales, vampiros.

— ¿Encontraste algo? —Le preguntó Jace a John—. Estuviste fuera dos semanas.

—No exactamente... Solo sé que los vampiros están aquí y no creo que sea por algo bueno.

— ¿Crees que tengan que ver con la maldición del novato? —Añadió Mason.

—Quizá no ellos, son grupos pequeños —contestó muy pensativo—, pero es posible que su líder sí.

— ¿La tríada? —Frunció el ceño Jace—. ¿Qué demonios querrían tres vampiros ancianos y excéntricos con un lobo adolescente?

—No, Jace, no me refería a la tríada. —Sacó un viejo álbum de un cajón—. Ellos son demasiado rectos y un tanto prejuiciosos para meterse en líos de licántropos —bromeó—, pero él no, —Miró serio una foto—. Arkain.

— ¿Arkain? ¿El famoso Arkain? —Preguntó asombrado Mason—. Es uno de los vampiros ancestrales más viejos, casi igual que la tríada... y también uno de los más temibles.

—Justamente ese, los vampiros que visité no tenían idea de lo que hablaba y muchos de ellos no se relacionan con brujas —explicó John—, pero Arkain es distinto, usa su poder y autoridad que le da su clan para infundir miedo... incluso en las brujas.

— ¿Clan? ¿Hay más vampiros ancestrales aparte de la tríada y Arkain? —Se quejó Jace.

—Es un clan de unión, no familiar como el de ustedes los Barrow.

— ¿Y cuál es la causa de su unión? —Preguntó con desagrado Mason—. ¿El novato? ¿Qué tendría de especial él para interesarle a un vampiro ancestral?

—Es lo que aún no sé. —Suspiró—. Estos grupos no me dieron nada, pero aún queda uno y quizá ellos tengan respuestas.

— ¿Le dirás a Liam? Creo que tiene derecho a saber que un vampiro ancestral psicópata podría estar interesado en él —alegó Jace.

—Él vendrá con nosotros —avisó John—, es hora de que conozca un poco más el mundo que lo rodea ahora.

—Será difícil llevarlo, se la pasa todo el rato con esa chica. —Mostró un gran disgusto el rubio.

—Jace, Jace, Jace. —Se rio John—. ¿Ya no recuerdas lo que era el primer amor? —Le dio unas palmadas en la espalda.

Liam estaba en el puente con Injae viendo el atardecer.

—... Visitaré a mi tía en Carolina del Sur este fin de semana —le comentó la chica—, lamentablemente tendré que ir en el mismo auto que Rebecca. —Reviró sus ojos.

— ¿Las cosas no mejoran entre ustedes? —La miró con empatía.

—Y dudo que lo hagan, ella ha sido así desde que mi mamá murió. —Frunció los labios—. Antes era... agradable. —Se escuchó en su voz la nostalgia—. Luego se volvió insufrible incluso con nuestro padre.

— ¿Y no puedes irte aparte?

—No... ella conduce. —Frunció la nariz y se rio.

—Entonces te deseo buena suerte. —Le dio un pequeño beso—. Por cierto, espero que mi mamá no te haya incomodado en la cena. —Arrugó su frente—. Ella puede ser... ¿Curiosa? —Ambos se rieron.

—Descuida, tu mamá me cae muy bien. —Sonrió.

El celular de la chica sonó por recibir un mensaje.

—Debo irme, aún no he guardado las cosas que llevaré mañana. —Se mostró cansada.

— ¿Quieres ayuda? —La miró pícaro—. Soy bueno empacando —bromeó.

—Lo pensaré. —Le devolvió la mirada pícara y luego lo besó.

A la mañana siguiente, Liam estaba en el auto con Jace y Mason, mientras que John iba en su camioneta negra con otros tres de la manada, todos se dirigían hacia Carolina del Norte para hablar con un grupo de vampiros mercenarios que se refugiaban ahí.

"Han pasado cuatro horas desde el secuestro..."

—Esa estación no me gusta —murmuró Mason al cambiarla.

"Una de las víctimas del secuestro se encuentra estable, sin embargo, su..."

—Mejor apaga la radio —ordenó serio el rubio.

— ¿Qué pasa si hay que pelear? Todavía no sé cómo atacar como un lobo sin luna llena —comentó Liam.

—En primera, no atacamos. —Jace le lanzó una mirada indignada a Liam—. En todo caso nos defendemos; y en segundo, no iremos a pelear, sino a charlar amistosamente.

—Claro que si eso no funciona siempre podemos recurrir a unas buenas garras y colmillos —bromeó Mason—, excepto tú —habló de Liam—, nosotros debemos cuidarte, gracias por eso —le dijo con mal genio.

—Entonces déjenme pelear con mis propias garras —pidió esperanzado el chico.

— ¡Nadie va a pelear! —Regañó Jace—. Y mucho menos tú. —Miró por el retrovisor al Liam—. Aún no sabes cómo manejar tus emociones y sentidos, mucho menos lo otro.

—Eso lleva tiempo de práctica y mucha... mucha fuerza de voluntad —comentó relajado el primo de Jace.

—Eso es verdad, aun los más experimentados tienen problemas con eso, en ocasiones —añadió Jace.

—Es igual en luna llena, ¿cierto? Por eso tú y John no se transformaron —mencionó el pelinegro—. ¿Cómo hicieron eso?

—Sustituimos el dolor físico por otro tipo de dolor... emocional, en lugar de que se rompa el estado físico, se rompe el estado mental —explicó el rubio.

—Ni trates de meterte con eso, novato —amenazó Mason—, apenas pasaste la primera luna, no quieras irte a las ligas mayores.

— ¡¿A qué hora subiste los pies?! ¡Bájalos! —Le gritó molesto Jace a Mason—. ¡Recién lavé el auto ayer! —El enojo provocó que sus ojos cambiaran su color y que salieran sus colmillos.

— ¡Cielos! ¡Calma! Ya los bajo. —Se deslizó más hacia la puerta para alejarse de Jace—. Prometo limpiarlo cuando regresemos. —Sonrió asustado.

«Así que el enojo desata las habilidades sobrenaturales cuando no hay luna llena...» Pensó el pelinegro mientras observaba a Jace.

— ¡Llegamos! —Gritó Mason y salió del auto apresurado—. De regreso, tú irás de copiloto —le dijo a Liam.

— ¿Un casino cerrado? Creo que tus amigos necesitan buscar un mejor lugar de escondite —expresó Jace a John—. ¿Qué te pasa, niño? —Volteó hacia Liam.

—No, nada. —Frunció el ceño confundido—. Es solo que sentí un olor familiar.


Creciendo entre demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora