Capítulo 19.

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—Eso es asqueroso, Malik —comentó con repulsión Greta—, el que seas un lobo no significa que tengas que ser igual que un perro pulgoso —añadió y tomó de su copa.

Malik soltó lo que se estaba comiendo monstruosamente.

—Mi querida Greta —replicó el lobo con burla—, los chupa sangre como ustedes beben sangre directa del cuello u otras partes. —Encogió sus hombros—. Y yo soy el asqueroso.

—Espero que tú y tus perros hayan gozado el festín de anoche —agregó Arkain desinteresado al entrar al agua—, porque si todo sale como quiero pronto habrá un festín aún mejor.

— ¿Has oído eso sobre qué perro no come perro? —Le dijo cínicamente Malik.

—No vengas con el cuento de que te sientes mal por pelear contra los tuyos. —Se rio Greta.

—Bueno... no, pero me da lástima por John y su pequeña manada. —Fingió un puchero.

—Él tomó su decisión —añadió Arkain—, pudo haber sido parte de nosotros y vivir los placeres, pero prefirió quedarse con lo que él llama sus principios y su ridícula moralidad —expresó irritado.

—Hablando de principios y esas cosas —comentó Greta acercándose seductoramente a Arkain—, me enteré por ahí que tu protegido Alistair... —acarició el rostro del vampiro.

—Habla ya, mujer. —Se quitó su mano de él y la empujó.

—Bien. —Se levantó del agua y tomó su toalla—. Tu protegido se enrolla con la rubia a la que el alacrán casi mata —confesó molesta y se salió del jacuzzi.

—Por enrollarse, ¿te refieres a...?

— ¡El vampiro tiene sexo con la humana! —Explicó Malik.

—Gracias —contestó fastidiada Greta—, necesitas salir más al mundo, Arkain —le sugirió mientras se ponía una bata roja de seda.

—Y divertirte con algunas mujerzuelas —bromeó Malik.

—Aunque no lo creas, es un buen consejo. —Encogió sus hombros—. Desde que Katerina murió no has hecho más que llorarle y guardarle luto —alzó la voz al ir hacia la puerta.

Arkain se levantó y se le lanzó contra Greta para azotarla al muro con enojo.

—Aquí vamos de nuevo —murmuró Malik para luego ignorarlos.

Arkain la tomó de la bata y la aventó hacia el otro lado de la habitación.

—Escúchame bien, Greta. —Fue hacia ella y jaló del cabello—. La próxima vez que digas algo estúpido sobre Katerina —susurró a su oído—, serás tú quien se vaya con las mujerzuelas, ¿entendiste? —Greta asintió con la cabeza.

Arkain volvió a tomarla del cuello para arrastrarla hacia la puerta y soltarla fuera del cuarto.

— ¡LARGO! —Gritó realmente fuerte y cerró la puerta causando estruendo en la gran casa.

— ¿Quieres vino? ¿Te sirvo sangre? Aún queda de las brujas del aquelarre que matamos...

—Sí, eso estaría bien —contestó agitado.

—Perfecto, vuelve al jacuzzi y relájate que ahorita traigo una botella entera de tu sangre preferida —adulaba Malik mientras se iba.

Malik fue hacia la cocina y se encontró con Greta, así que se acercó para fastidiarla.

—Intenté intervenir, pero sabes que nadie desacata la voluntad de Arkain —expresó hipócritamente.

—Cierra tu maldito hocico de perro rastrero —replicó enojada—, te crees importante, pero no es así, si Arkain considera que no le servimos, dejará que nos coman los lobos —murmuró—, o en tu caso, lo que sea que te quiera comer.

—Eso no es cierto, somos parte de su clan, él...

— ¿Él no mataría a alguien de su clan? —Se burló con sarcasmo—. ¿Eso ibas a decir? No seas tonto, Malik, viste como entregó la cabeza de Alacrán a los dementors... tú mismo bebiste su sangre.

—Alacrán era un chupasangre traicionero, se va por el mejor postor —alegó—, Arkain lo eliminó porque sabía que podría traicionarnos fácilmente.

—No hables en plural, Arkain solo ve por y para él —afirmó decepcionada—, nosotros somos solo piezas en el estúpido tablero de su juego... Créeme cuando te digo que Arkain mismo aventaría nuestras cabezas al fuego por salvar la suya.

—Eso lo dices porque estás molesta, sabes que Arkain no nos haría eso —aseguró confiado.

— ¿Quieres apostar? Sigue jugando al lobo alfa y verás como tus dementors te despedazan por orden de él, tú no los mandas, cariño, Arkain sí —advirtió muy contundente y se fue.

Mientras que Malik hablaba con Greta, Arkain había solicitado la presencia de Alistair.

—Mi señor, ¿pidió verme? —Habló muy sumiso el chico.

—No hables como si no supieras por qué te he llamado. —Le dio una cachetada—. ¿Me crees estúpido o qué? Ya sé que te andas acostando con la rubia Venator.

—Mi señor...

—Deja las hipocresías a un lado, Alistair y dime que planeas realmente.

—Usted ordenó que estuviera cerca de Liam Hale, creí que si me acercaba a la hermana de Injae Venator sería una manera más fácil de hacerlo —contestó nervioso.

—Podías ser su amigo, incluso ser el amigo de la novia del lobo —alegó—, pero tenías que meterte en la cama de esa chica... No te has involucrado sentimentalmente con ella, ¿cierto? —Lanzó una mirada amenazante.

—Por supuesto que no, mi señor, mi relación con ella es solo para llevar a cabo su plan... de hecho fue gracias a ella que me enteré sobre las armas de los lobos.

—Por tu bien espero que así permanezca todo, de lo contrario tendré que tomar medidas, ¿y lo sabes verdad? —Le dio unas palmaditas en el hombro—. Anda, vete ya, por ahí dile a Malik que si acaso tuvo que ir a Salem por mi sangre de bruja.

—Sí, señor, yo le digo. —Hizo una reverencia y salió a buscar al lobo.

Cuando llegó hasta Malik, alcanzó a escuchar la conversación de este con Greta, así que se mantuvo escondido tras un muro para oír con su oído vampírico.

Finalmente, cuando Greta se fue, el chico quiso salir, pero Malik lo sorprendió, puesto que él ya sabía que estaba ahí, porque percibió su aroma desde que pasó por el pasillo.

—Más vale que ninguna palabra de esto a nadie —amenazó el lobo—, si no quieres que te arranque la cabeza con mis propias garras.

—Mi señor Arkain exige su sangre —contestó, dando a entender que captó la amenaza.

—Buen chico. —Le dio unas palmadas en la mejilla y se fue.


Creciendo entre demoniosWhere stories live. Discover now