Capítulo 23.

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—Es enorme —susurró Liam al ver la casa gigante de Arkain—. ¿De dónde sacó dinero para eso?

Los cuatro chicos estaban escondidos tras unos árboles a lado de la carretera que iba rumbo a colina rodeada de árboles grandes y verdes, y en la punta de esta colina se ubicaba una enorme casa, que a simple vista ya se veía bastante lujosa.

—Les dije que era cierto —expresó orgullosa Rebecca.

—Bien por ti, Jace no te arrancará la cabeza —replicó de mala gana y caminó de vuelta al auto.

— Bien —protestó fastidiada—. ¿Quieres que diga que lo siento? ¿Qué siento haber causado que casi te mataran a ti, a tu novio y a tu amigo lobo? ¡Pues lo siento!

— ¿Es que aún no lo entiendes? —La vio decepcionada y subió al auto.

—Por si no sabías, no solo éramos nosotros —expresó el rubio—, éramos dos manadas... y varios murieron, así que yo sí espero que lo sientas.

—Si te hace sentir mejor... saber eso ahora, me hizo sentir peor —añadió cabizbaja Rebecca.

—Pues no te creo, solo te preocupas por ti.

Después de haber visto donde se refugiaba Arkain, pasaron los días y en ellos, John junto con el alfa de la manada sureña empezaron a planear un ataque contra Malik y sus dementors como primer objetivo y posteriormente contra Arkain y el resto de su clan.

—Me alegra saber que te rebelaste contra Rebecca —comentó Melissa mientras sacaba libros de su casillero—, pero... ¿No crees que la ley de hielo ya duró mucho?

—Se lo merece —expresó la castaña—, ha sido una... —contuvo su molestia.

— ¿Una perra? Adelante dilo... —La miró y tomó sus manos—. Rebecca Venator es una perra y no en el buen sentido —continuó diciendo para hacerla reír.

— ¿No quieres ser mi hermana? Hay una vacante. —Sonrió entre alegre y triste—. Prometo no ser una perra. —Se rio.

—Injae Venator, te amo. —La miró con adoración y con una ligera risa—. Así que sí, acepto ser tu nueva hermana. —La abrazó por el hombro mientras se fueron riendo.

Jace se encontraba con algunos chicos de la preparatoria pasando el rato antes de su clase cuando Rebecca se acercó y lo jaló del brazo.

— ¿Se te perdió algo, linda? —Cuestionó sarcástico.

—Injae me ha ignorado, Liam obviamente la apoya y tú prometiste darme algo a cambio... —alegó fastidiada—. Quiero unirme a su grupito caza vampiros o lo que sea que son.

— ¿Acaso no tienes amigos? —Frunció el ceño irritado—. Aunque no me sorprendería si tu propia hermana te ignora. —Se rio.

La rubia reviró sus ojos y se cruzó de brazos con una expresión de vergüenza en su rostro pecoso. El rubio la vio con lástima y suspiró.

—Está bien —afirmó dudoso—, supongo que deberías estar preparada, Alistair quizá quiera vengarse de ti por arruinar sus planes al mandarlo al carajo. —Rebecca lo vio nerviosa—. No me mires así, sé que es mentira el asunto de que te botó.

— ¿Por qué mentiría? —Frunció la frente indignada.

—Porque no querías que Injae supiera que en realidad si te importa y que por eso mandaste al carajo a Alistair... por poner en riesgo su vida. —Se encogió de hombros con una sonrisita.

—No le digas nada a Injae ni a nadie —amenazó un tanto molesta al ser descubierta.

—No lo haré. —Actuó despreocupado—. No es mi asunto, pasaré por ti en la tarde para llevarte al refugio. —Se regresó con sus amigos.

Creciendo entre demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora