Capítulo 33.

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Katerina con su acusación había inquietado al vampiro ancestral.

—Eso es absurdo. ¿Por qué me pondría nervioso una adolescente? —Evadió la mirada de Katerina.

—Sabes que lo que dije es cierto. ¿Quién es ella, Arkain?

—Bien. —Le dio por su lado—. Tienes razón, me inquieta esa chica y es justamente porque no sé quién es. —Se talló la frente.

—Y como está del lado de los lobos... eso la hace más peligrosa.

— ¡Ella no es...! —Gritó indignado—. Ella no es peligrosa. —Respiró profundo para calmarse—. Es solo una adolescente que se hizo novia de mi lobo.

— ¿Tu lobo? —Se cruzó de brazos—. ¿Qué planeas realmente con el chico?

—En cuanto pueda separarlo de la manada lo verás, todos lo verán... incluyendo a esa estúpida tríada de vampiros arrugados. —Se paró a servirse una copa de vino.

—Claro, un lobo no sobrevive solo fácilmente —decía pensativa mientras se sentaba en el lugar de Arkain—, si confiaras en mí, podría ayudarte. —Le sonrió.

—No quiero exponerte, dulzura. —Acarició su rostro—. Eres muy valiosa para mí.

—Cielo. —Le dio un beso en su mano—. Eso no pasará, además ya tengo un plan.

—Ah, ¿sí? —La vio sorprendido—. ¿Y cuál es?

—Es muy fácil, será como matar dos pájaros de un tiro. —Suspiró orgullosa—. Te deshaces de los lobos y pones a la chica en apuros... pero no habrá un lobo que la salve. —Le quitó delicadamente su copa para beber de ella.

— ¿Cómo planeas deshacerte de ellos exactamente?

—Envenenándolos, por supuesto, conozco a unas personas que podrían conseguirme ese veneno —susurraba cerca de la boca del vampiro—, es fácil conseguir el veneno, pero es muy difícil hallar el antídoto.

—Eres brillante justo como ese collar de diamantes que cuelga de tu precioso cuello —expresó seduciéndola para empezar a besarle el cuello lentamente.

— ¿Quiénes son tus principales objetivos?

—A Liam Hale lo necesito vivo, el resto no me interesa, excepto por el lobo Barrow, él podría serme útil.

— ¿Ves cómo hacerme parte de tus asuntos te beneficia? —Lo comenzó a besar y a acariciar.

A la mañana siguiente, Greta despertaba con pésimo humor, pues no le agradaba la estadía de la enamorada de Arkain.

Alguien entró al cuarto de la mujer.

—Mi señora, el señor Arkain pidió su presencia en la reunión de hoy —comentó Marcel al entrar—, ¿quiere que la escolte?

—No es necesario, Marcel. —Se tiró de nuevo a su cama—. No pienso ir, además ¿no oíste a Arkain ayer? Yo no soy la señora en este patético clan.

— ¿Lo dice por la amante del señor Arkain?

— ¿Por quién más? —Protestó—. Tanto tiempo deseé ser yo quien se sentara en esa silla... en ese trono. —Su expresión denotaba tristeza—. Pero no, esa vampiresa usurpó un lugar que no se merece.

—Entiendo, pero si la hace sentir mejor —expresó genuinamente—, para mí siempre será usted la señora en este clan... al igual que para muchos de aquí.

—Te lo agradezco, Marcel. —Suspiró—, Pero no repitas eso en voz alta si no quieres perder tus entrañas.

—Como usted ordene, mi señora. —Mantuvo su mirada hacia abajo—. Solo un comentario más, algunas miembros rumoraban que su enfado se debía a que...

Creciendo entre demoniosWhere stories live. Discover now