«Si en mis manos tuviera el poder de que el dolor nunca llegará a ti, no permitiría que nada de dañara»
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Hoy no te vi en el receso, lo que se me hizo extraño.
Entré a clases y no te vi entre el grupo de tu salón.
Cuando ya estaba en clase, miré por la ventana y te encontré. Estabas sentado dentro del espeso bosque que está cerca de la cancha deportiva.
Así que me armé de valor y le pedí permiso a la profesora para ir al baño —fue lo único que se me ocurrió.
Salí corriendo, y para que nadie se percatara de mis verdaderas intenciones, tuve que rodear todo el campus para dar directo al bosquesito. Hice mi habitual recorrido turístico por todo el campus hasta llegar a mi destino.
Cuando apareciste de nuevo en mi vista, corrí hasta donde te encontrabas.
Estabas acurrucado, con rostro decaído.
Toqué tu hombro y volteaste el rostro, dejando ver esas marcas de color púrpura bajo tus ojos, que decían a gritos que no habías dormido muy bien, ya que tu pálida piel las hacía más notorias.
Me fui acercando más hasta sentarme a tu lado.
Y te quedaste en silencio, observando un punto fijo.
Con "disimulo" observe tus manos, estaban temblando y eran más delgadas de lo habitual.
Parecías más decaído que nunca, te veías agotado, exhausto.
Sin pensar pose mi mano en tus manos y les di un suave apretón.
Te susurré:—Tranquilo, estoy contigo.
Y tú me diste una sonrisa cansada en señal de agradecimiento.
Tus ojos.
El sufrimiento agobiante en tu intensa y cansada mirada me rompió.
¿Quién es el causante de tal daño en ti?
Quisiera ayudarte.
Quiero ser todo, pero tu mirada no demuestra nada.
Santi, lo que siento es verdadero. Tu dolor me lástima también.
Yo solamente anhelo que puedas notar alguna vez el brillo de mis ojos al verte en la lejanía. Quiero sanarte con el sentimiento tan hermoso que mi corazón acoge día a día hacía ti, que sin tenerlo planeado, se hace más y más fuerte.
Y es que no me importa que al tenerte entre mis brazos me haga pedazos. Teniendote conmigo sé que por fin me sentiría completa.
Porque mi corazón lo siente así. Y sé que puede sonar ingenuo, pero es la verdad.
Te quiero, te quiero con tanta fuerza que me asusta.
Mañana prometimos volver a hablar, ojalá si se pueda. <3
Hasta mañana,
Mi chico de los ojos tristes.
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Los quiere, Kaiby
<3
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Mi chico de los ojos tristes © || En Proceso
Teen Fiction«Y cuando creí tenerlo todo, tu luz decidió apagarse» 🍬🍬🍬 ¿Es posible enamorarse de alguien a quien solo hemos visto una vez? Pues para ella, sí fue posible. Aunque algo le hará recordar que el chico de mirad...
