🍬Carta 31 y recuerdo

56 20 2
                                    

«No es mi intención dañarte.
Pero es necesario alejarte»
🍬

¿Por qué me haces esto?

Han pasado 4 días desde que me aleje de ti, todo ha sido muy duro y tú lo empeoras.

¿Por qué me lastimas y te lastimas más a ti?

Recuerdo
Meses atrás

—Valeria, tu amigo Santiago está afuera y pregunta por ti —dijo mi mamá con tono preocupado.

Mi corazón quebrantado se alegró al escuchar su nombre, pero sabía que debía hacer.

—Dile que no estoy —solloce bajo la sabana de mi cama.

Logré escuchar como mi mamá salía de mi habitación sin decir nada y bajaba las escaleras.

Descubrí mi rostro y me senté en la cama, con mi cabello revuelto y las mejillas empapadas.

—¡Valeria, debemos hablar! —escuché que gritó Santi fuera de mi casa—. Por favor no me hagas esto.

Su voz estaba ronca a causa de su notable llanto.

Sentí una punzada en mi pecho al escucharlo en tal estado.

Corrí hasta el baño y entré rápidamente.

—Santi, tú no me hagas esto —hablé frente al espejo—. Mi corazón es débil y no soportará más.

Salí del baño y no pude contener mis ganas de volver a verlo, así que salí con sigilo hasta mi balcón.

Me escondí tras las enormes cortinas y allí estaba él, el chico que me tiene mal.

Esos ojos que tanto amo estaban rojos y grandes ojeras pintaban su descolorido rostro; su cabello negro estaba despeinado y vestía desaliñado.

—¡Caramelito! Por favor sal —se tiró de rodillas frente a la puerta de mi casa y con las dos manos tomó su cabeza—. ¿Por qué decidiste alejarte de mi? Tú eres la razón por la que aún vivo, no te lleves mis ganas de vivir.

Mordí mi labio para evitar llorar.

—También te has convertido en una parte fundamental de mi vida, Santi —susurré—. Entraste despacio en mi interior y le diste esos latidos que le faltaban para seguir viviendo.

Escuché que alguien abrió la puerta de la casa y vi salir a mi mamá.

—Santiago —le habló dándole la mano para que se pusiera de pie.

—Señora, necesito hablar con Valeria —le suplicó.

—Ella no puede salir ahora, lo lamento.

—Dígale que por favor me llame, necesito hablar con ella —sollozo mientras hablaba—. No entiendo porque se alejó de mi, se fue sin decirme nada. Solo necesito escuchar de sus labios que ya no me quiere en su vida, y eso bastaría para alejarme.

Mi mamá colocó su mano sobre el hombro del chico de mirada verdosa.

—Debes irte —le sonrió con pesar—. Yo hablaré con mi hija.

Mi mamá le dio la espalda dispuesta a entrar a la casa de nuevo.

—Solo diré una última cosa —habló nuevamente el chico.

—Claro, ¿Qué sucede?

Thiago elevó su rostro hasta fijarla en mi balcón y colocó sus manos en su boca simulando un altoparlante.

—Valeria, ¿Recuerdas a aquel niño de mirada verde? —gritó viendo mi ventana—. ¿Lo recuerdas? Ese pequeño que cada día dejaba un caramelo de limón y una florecilla blanca dentro de tu casita del árbol.

No... no puede ser.

—El niño al que un día descubriste, y en lugar de ahuyentarlo, ayudaste a curar los raspones y golpes que tenía en sus brazos —lloriqueo—. Ese niño era yo, Valeria. Y no notaste que no solo limpiaste mis heridas físicas, con tu dulzura curaste mi corazón y marcaste mi vida.

El niño despeinado era él. Pero... Dios, recuerdo muy bien que a ese niño sus padres... lo golpeaban.

No podía ser Santi, no...

—Eres la luz de mi vida y si alejarme de ti es la solución, lo haré. Aunque muera al no poder hablarte; prefiero mil veces morir antes que verte sufrir.

Dijo eso y se fue caminando sin voltear su rostro.

—También te... amo —hablé cubriendo mi boca con la cortina. Por fin lo admito, y se siente tan dolorosamente bien—. Pero nuestro sentimiento es letal para alguien que es especial para mi y no puedo hacerle esto.

Pegué mi cabeza a la pared y comencé a llorar en silencio.

Mi niño de mirada verde. Ese que le dio las primeras mariposas a mi estómago. El que dejaba lindos detalles dentro de mi casita.

Mi amor de infancia, era ahora mi amor imposible.

Fin del recuerdo

Nunca creí llegar a amar a alguien como te amo a ti.

Mi corazón asegura que tú serás mi último amor, ese que me encandilo con su verdosa mirada sin brillo y el que le dio un nuevo sentido a la desgastada palabra: amar.

Te amo, mi amor imposible.
Mi chico de los ojos tristes.

——————————

Los quiere, Kaiby
<3

Mi chico de los ojos tristes © || En ProcesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora