🍬Recuerdo de la notita con tinta de glitter

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«Y ese día todo se acomodó en su lugar, y no pude estar más feliz»
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POV Valeria
Recuerdo

—Valeria, ¿Qué fue todo eso? —Cyntia me miró asustada.

—Ni yo tengo idea, créeme.

La disculpa de Marcos me tomo tan desprevenida, que ni siquiera puedo asimilar todo lo que acaba de suceder.

Sin sentirlo, mi desánimo se fue en un 30% y ya no me sentía tan apagada como al inicio del día.

—Oh, Cyn, tenía que contarte —recordé lo que dejé inconcluso—. Lo que quería decirte es que vi a...

¿Es en serio? ¿Hoy todo el mundo me iba a interrumpir?

El ensordecedor sonido de la campana me hizo callar.

—Bueno, debemos irnos. Otro día te contaré lo que vi.

—No es necesario —dijo al ponerse de pie—. Yo sé muy bien a quien viste.

¡¿Qué?! ¿Era adivina o algo así? Cyntia y su lado misterioso era a veces muy aterrador.

Dio una risita dulce pero a la vez maquiavélica—. Valery, te enviaron esto —dijo al darme una hoja color verde limón, la cual se encontraba muy bien doblada.

—¿Qué es esto? —cuestione tratando de desdoblar aquel papel, pero la mano de mi amiga lo evitó.

—Abrelo hasta que llegues a tu casa.

Me quedé parada sin decir nada, ¿Qué era eso? Es un misterio muy misterioso.

—Bueno, he cumplido mi deber. Ahora la tortura llama, es decir, las clases llaman.

Sonreí, pero aún no me movía, estaba estática.

Mi amiga pasó por mi lado, pero antes de irse se detuvo y susurró a mi oído las palabras que completarian mi estado de shock:

—Era yo la que estaba con Santi, y sí, él te envía eso —dijo para luego darme un guiño y desaparecer de mi vista.

[...]

Correr sin parar nunca había sido tan importante. Ni siquiera cuando tenía examen de Educación Física en el Instituto corrí tanto como lo hice al salir de clases hoy.

Era tanta mi curiosidad por aquel misterioso cuadrito color verde que estaba arrugado en el bolsillo de mi mochila.

Al llegar a casa informé que ya había vuelto de clases y corrí escaleras arriba hasta entrar a mi habitación.

Tire mi mochila al piso y di un clavado en mi suave cama hasta quedar boca arriba en forma de estrella.

Me disponía a leer la notita cuando recordé que la había guardado en mi mochila.

—Ugh, notita escurridiza —reí.

Al tener la carta en mi poder, volví a mi antigua posición de estrella y lo desdoble.

Una perfecta caligrafía estaba estampada en ese diminuto pedacito de hoja, pero lo que llamó mi total atención fue el tipo de pluma que había utilizado: un lapicero con tinta de glitter.

—¿Lo recordaste? Aww, siempre tan detallista —dije conteniendo una risa.

Un día mientras hablamos yo le dije que un apunte sin tinta de glitter era aburrido, porque los brillos de esa tinta eran los que le daban ese toque especial a las letras.

Mi chico de los ojos tristes © || En ProcesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora