🍬Recuerdo del corazón destrozado y la tregua

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«¿Es posible que una persona que te hizo demasiado daño pueda convertirse en tu amigo?»
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POV Valeria.
Recuerdo.

—¿Por qué tuvo que ser así? —dije acostada en la alfombra de mi cuarto, con el rostro empapado—. ¿El amor siempre duele tanto?

Después de ver a Santiago con la chica en la heladería, esperé a que se fueran para poder salir y dirigirme a mi casa deprisa. Aunque mis pies se habían adherido a la madera del lugar y no querían obedecer. Estaba en shock.

—Santi, ¿Tú en realidad no me querías tanto como yo a ti? —susurre limpiando las lágrimas con el dorso de mi mano.

Quería pensar que todo fue una confusión o una horrible pesadilla; pero no. Yo lo presencié, y eso es lo que más me duele.

—Valery, hija —habló mi mamá del otro lado de la puerta— ¿Estás bien?

—¡No estoy! —grité— ¡Estoy en tristelandia!

La puerta se abrió dejándome ver la silueta de mi progenitora entrando en la habitación a paso lento y seguro.

—Oh, es una lástima —dijo sin mirarme—. Había preparado unos deliciosos pancakes para ella, pero como está en tristelandia no podr...

—¡Volví! —dije con desánimo, aunque ver los ricos pancakes con Nutella que mi mamá había preparado me animó a regresar de tristelandia.

Lo sé, soy una chica de 19 que aún actúa como niña, pero madurar no es lo mío, eso dejenselo a las manzanas.

—Vale, ¿Qué sucede? —dijo con dulzura.

Suspire sentándome en la alfombra.

—¿Por qué el amor duele tanto? —pregunté metiendo un trocito del pancake en mi boca.

Me miró con una sonrisa y respondió:—Val, si duele aquí —colocó su mano en mi pecho—, es porque el amor es verdadero.

La miré con atención metiendo un trozo de pancake en mi boca.

—Si no doliera sería porque no tienes interés por la persona, por ende no te preocupas cuando se ha alejado —sonrió y acarició mi cabello.

—¿Por qué siempre salgo lastimada? —me queje entre sollozos.

—Valeria —susurró—. No reproches pequeña, solo abre tu corazón y siente. Yo sé que te han dañado demasiado, pero eso te convirtió en lo que ahora eres, hija. Sé que costó mucho levantarse, pero de eso se trata la vida: de caídas y levantadas.

Solo asentí y mordi otro pedazo del Pancake—. Tienes razón, como siempre mamá.

Ella me miro con dulzura y antes de salir de la habitación me dijo:

—Los días nublados traen consigo un sol resplandeciente; sin la ocuridad antes vivida, no podrías apreciar del todo la belleza de la claridad.

[...]

Mi cuello dolía con intensidad, y no solo mi cuello, ¡Todo mi cuerpo!

Mi chico de los ojos tristes © || En ProcesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora