IX

660 15 0
                                    


Salimos del edificio, yo lo seguí a pesar de que no tenía ninguna idea de a dónde iríamos, a unas calles se encontraba un gran parque donde había un pequeño lago en medio, ahí rentaban lanchas así que sí, ahí nos encontrábamos lo que me extrañó y pregunte —¿ No crees que esto de la cita sin extravagancias y en la naturaleza es un cliché total?

Sonrío y dijo —¿ Sabes nadar ?

—No sé nadar, pero no creo sea necesario, aquí solo se viene a pasear en lancha—

—Entonces el lugar es perfecto— acto seguido pago y me dio un chaleco, subimos a la lancha que era de pedales y me dijo — Vi tu cara cuando pague y tuviste que guardar tu cartera porque no te pregunté si querías subir o que yo pagará, y como quiero evitar el discurso de porque eres una mujer independiente y que paga sus gustos voy a dejarte que pedalees sola para que no te sientas minimizada por pagar la renta jajajaja

—Eres un idiota, usas lo que soy y diré para sacar ventaja, pero tienes razón, me gusta pagar mis cosas y cuando salgo me gusta pagar al 50% cualquier cosa que compremos o hagamos, así que voy a pedalear—  Avanzamos a mitad del lago, estábamos rodeados de edificios, gente corriendo, paseando perros, y familias en el parque con sus hijos, supongo que así se veían los domingos, pero yo regularmente a estas horas estaba en cama intentando no dormir por la cruda. Dan estuvo callado todo el trayecto que avance, y cuando llegamos al centro me dijo — Detente, ¿Te gusta el lugar?—

—Me agrada bastante, un domingo diferente—

Con una sonrisa un poco nerviosa dijo — Sigue pedaleando, te voy a contar sobre Diana, por eso te traje aquí, para que no pudieras escapar y escuches toda la historia, además que pedalear te mantendrá dentro de tus cabales—

Hice un gesto de molestia pero accedí, después de todo, no éramos nada y mucho menos intentaría algo más allá con él.

—Hace tiempo, cuando aún tenía el gusto por embriagarme en bares de mala muerte, una noche estaba sumamente ebrio, cuando recién murió Jhon, salí del bar y me iría en mi moto a casa, pero Diana quién era quien servía los tragos me detuvo, dijo que su turno ya había terminado y que sabía manejar motos, así que me ofreció llevarme a casa, yo tan ebrio acepte y llegando a casa me ayudó a entrar al departamento, ahí mismo la bese, aún no sé porque lo hice si había rechazado ya, varias chicas en el bar, ella correspondió el beso y se comenzó a desnudar con una rapidez que solo dejo sus botas largas que le llegaban más allá de la rodilla y su lencería, amarró su cabello en una coleta y bajo mientras me bajaba la bragueta, a pesar de mi estado pude lograr una erección, me hizo el mejor sexo oral de la vida, tenía una manera de succionar y morder despacio con sus dientes que me encantaba — Yo me moleste e interrumpí — ¿Es necesario que me des tantos detalles?—

—Dices que lo de esta mañana (el sexø) no se volverá a repetir, así que seremos amigos y un amigo escucha las historias pasadas para conocer a la persona, así que sí, daré detalles para que entiendas y matar cualquier intención de amor que pudo nacer y tú no querías, ¡Te estoy haciendo un favor, deja de quejarte y sigue pedaleando!. Como decía, después del oral me quite la ropa y tuvimos el sexo más increíble, montaba como una Diosa, con mi poca lucidez recuerdo que se empino de tal manera de su cadera formaba una curva perfecta, metió su mano entre sus piernas hasta que logró tomar mi miembrø, y en un movimiento brusco lo introdujo en su anø, con embestidas fuertes y ella moviéndose para hacerme sentir más placer, logré sentir como tuvo más de un orgasmo y yo sin poderme contener también explote dentro de ella.
Caí rendido y me quedé dormido, a la mañana siguiente Diana y no estaba, en su lugar había una nota que decía tomé $20 dólares de tu cartera en 2 días más vendrá una persona a cobrar de los otros 30 restantes ya que por la noche son $50, sé que lo valió así que espero que te haya quedado la satisfacción de hacerlo como nunca y también la lección de que no debes dejar que cualquier desconocido te lleve a casa, esta noche solamente fue sexo el cual tendrás que pagar quizá el día de mañana ya no amanezcas vivo o te encuentres en un cuarto oscuro, no confíes en la gente no somos de fiar y mucho menos las mujeres. Así desapareció, posteriormente creí que era una broma regresé al bar el mismo día y me dijeron que Diana no trabajaba ahí que no había ninguna chica llamada Diana y mucho menos una que sirviera tragos, pensando en que solamente había sido producto de mi imaginación decidí hacer caso omiso seguí mi rutina habitual y dos días después alguien tocó a mi puerta y me dijo vengo de parte de Diana a cobrar lo debido, «¿Vas a pagar con efectivo cheque o te partimos la cara?» eran dos tipos altos con facha de pocos amigos, sonreí y solamente me quedo dar los $30 dólares restantes que a decir verdad sí había valido la pena y sí también había aprendido la lección. No supe de ella hasta un mes después cuando tocaron a mi puerta y me dijeron «Soy Diana, ábreme» a lo que respondí, no Diana esta vez no y no pienso pagar otra vez $50 dólares por el sexo, que normalmente lo consigo gratis, Diana rio y por abajo de la puerta me mostró una nota que le habían dado en la comida china y me dijo «Tengo comida china, una película y una botella de whisky esta noche invito yo, me abres o no vuelves a saber de mí nunca jamás» Mi curiosidad me hizo abrirle, la verdad es que era una chica excepcional fuera del sexo también me había encantado el enigma que ella representaba y sobre todo que después de haber saldado mi deuda tuviera el cinismo de volverse a aparecer. Cuando abrí la puerta solamente reímos y me dijo toma el cheque por $30 dólares, realmente no pensé que los ibas a cubrir usualmente escapan o prefieren recibir la golpiza a pagar, así que esta noche la invito yo y te doy un reembolso y te prometo que si algo sucede no desaparecere en la mañana y tampoco usurpare en tu cartera. Así que esa noche la pasamos genial comimos bebimos Pero esta vez no follamos pasamos toda la noche platicando de quién era yo y de quién realmente era ella. Así como yo para ti soy un enigma lo era para mí ella.
Se dedicaba a hacer esto a los chicos que eran presa fácil les hacía creer que se habían sacado la lotería ese día y al día siguiente desaparecía con el dinero que había en su cartera y en caso de que no hubiera dinero se llevaba algunas pertenencias valiosas, igualmente dejaba la nota y posteriormente los tipos con los que trabajaba a los cuales les daba solamente una pequeña comisión y también les pagaba con sexo iban a cobrar lo debido. Diana llevaba más de 5 años haciendo esto, pagaba su carrera pagaba su alquiler y disfrutaba una buena vida y le encantaba el sexo era una ninfómana total, así que simplemente siempre ganaba. Hace dos años que conozco a Diana, en realidad me encanta usualmente me embriagaba y cuando llegaba a hacerlo siempre tenía su número en marcación rápida, ella acudía a mí, no importa si está aprovechándose de alguien en ese momento o si está terminando un negocio o cobrando alguna deuda, siempre acudía a mi auxilio, me llevaba a casa y teníamos el mejor sexo.  Tengo dos años de salir con ella, pero hace un año me descubrí enamorado de ella trate de negarlo de evitarlo incluso la aleje de mí pero no pude ella siempre regresaba o me encontraba, le pedí que dejara el trabajo, que yo le ayudaría, que se quedará conmigo y después se insistir tanto así lo hizo, pero seis meses después descubrí que volvió a hacerlo y seguía cobrando por sexo, porque el mundo es tan pequeño que uno de mis amigos se encontró con ella y me contó la historia de la noche perfecta de sexo, la nota y el pago que le irían a cobrar, solo que ahora se llamaba Mónica, decidí estar con él, el día que irían por el pago y si, eran los mismos tipos que me cobraron a mí, y cuando los seguí se encontraron con mi Diana fuera de un motel unas calles adelante y entraron, los tres mientras ella recibía el dinero.

Me rompió el pedazo de corazón que le había entregado, así que fui a la casa, saque los indispensable, todas mis cosas y me fui de ahí, por eso es que tengo tan pocas cosas en mi apartamento, me mudé al otro extremo de la ciudad, lejos de ella, pero no cambie mi número, quizá porque en el fondo quiero que me encuentre.

Sí vas a preguntar si estoy muy enamorado y por eso te asegure que no iba a haber amor en nuestra historia te equivocas no descarto enamorarme de ti, pero nadie se enamora en una noche y mucho menos lo haré si a la chica la conocí en el bar, no cometere el mismo error de nuevo, y quizá mi historia no era tan increíble o nefasta para que huyeras, pero conociéndote, te ibas a indignar porque estoy contigo mientras huyo de otra mujer y sobre todo porque te dije que no me enamoré de ti en una noche—

Me quedé idiota, semejante historia de cliché de película, pero después de estar la noche con él y ver que no es un tipo convencional le creí a lo que dije —Muy bien, entonces te ayudaré, tú me ayudas a sacar a los tipos de mi camino y yo a tu chica prostituta jajaja—

—Jajajaja ¿Y como haremos eso?

&Cambiemos nuestros números por tres días, tú me das el tuyo y yo el mío, descubriremos nuestros secretos y si después del tráiler donde nos avisa el asco de personas que somos decidimos ver qué sale de esto que no es amor, seguiremos viéndonos, debo decirte que me gustas y quiero descubrir el mundo contigo, por ahora nada formal ni intenso, solo vamos a ver qué sucede—.

—Vaya la chica del bar tiene ganas de salir de su mundo, y Lilith que es la misma me dejara ver sus secretos, ¿Ahora quién demonios eres y qué hiciste con la chica del bar que secuestre anoche?

Los dos reímos a carcajadas, bajamos de la lancha y para celebrar nuestro rompimiento o quizá nuestra nueva union, lo que sea que suceda después de tener nuestros números invertidos, entramos a un baño publico, asqueroso, tanto que nadie más entraría y podríamos tener una aventura de manera exprés, solo basto unas cuentas metidas y varios besos para que explotaramos al mismo tiempo, y así en un baño publico y con los fluidos mezclados cambiamos los números y nos despedimos hasta el nuevo juicio tras saber que secretos descubriríamos.

Llegué a casa y decidí dormir, dejando al lado el teléfono con su número, estaba tan cansada que no escuché la manera tan insistente en que lo buscaban, así que cuando desperte me quedé contemplando y dudando si tendría el valor de ver los secretos de alguien que por primera vez después de tanto me estaba gustando. Tome el teléfono y lo primero que revise fueron los mensajes y Diana estaba presente, mientras lo veía una llamada de ella entró y yo en un movimiento nervioso tire al teléfono, pero decidí contestar.

—Hola, ¿A quién busca?

Continuará...

Elizabeth Santillan
Derechos reservados ©
Para continuar leyendo los 30 capítulos y dos finales alternativos envía mensaje para adquirir el libro en PDF o físico.

FEMME FATALE-Disponible en FísicoWhere stories live. Discover now