Capitulo XVII

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Eran las 11 am y yo ya estaba un poco ebria, llorando y sin vestirme después de la ducha las chicas ni siquiera se atrevían a decir algo, jamás había experimentado remordimientos ni culpa alguna, pero Dan, quién no quisiera un Dan en su vida, era casi perfecto y digo casi porque cometió el error de enamorarse de mí.

Tenía tres opciones:

1. Decirle todo lo que pasó desde que conocí a Diana y como me
revolqué con su amigo adelantándome a lo que pasará.
2. Fingir que todo sigue igual y probar mi suerte esta noche.
3. Desaparecer como la cobarde enamorada que soy.
Y en todas creo perderé a Dan y no quiero hacerlo, pero estoy tan acostumbrada a las pasiones pasajeras y el amor solo en las películas que no creí que el mundo fuera tan pequeño para equivocarme con el mejor amigo de mi novio, no creía en esto del destino pero sin duda esta era una mala jugada del mismo.
2:00 PM dos botellas, sigo en toalla de baño y llorando, hasta que Regina decidió interviene —Ok, ya te dejamos llorar, regodearte en tu
remordimiento y pendejearte a ti misma. Mi paciencia ha terminado, te levantas del suelo, te pones lo primero que encuentres que no sea esa bata de baño y nos largamos de aquí— a lo que le contesté con gesto de niña regañada —Pero Regina no quiero huir, amo a Dan— pero ella con una sonrisa me meto la madre —No seas tonta, quien dijo huir, te voy a llevar a caminar para pendejearte en algún lugar público y no me hagas ningún escándalo, dónde está Lilith la cabrona que enfrenta sus problemas y del "chingue su madre" su frase del día, hasta pareces novata. La cagaste, sí, estás pendeja, sí, pero eso ya lo sabes, por eso nos pediste que viniéramos para sacar una solución, digo no cualquier día nos buscas para resolver un lío amoroso y como es el primero debemos celebrar, quién diría que te ibas a enamorar, así que anda, ya deja de hacerte la princesa y vamos a salir que a las 6
debemos estar de regreso para arreglarte—
Salimos de mi apartamento, con mi ser más forzado que por voluntad, pero entre Regina, Karen y Abril me sentía segura, quien no mataría por amigas así cuando hoy en día todas somos unas malditas perras con el prójimo.
Llegamos a un bar disfrazado de restaurante, ya saben de esos donde debes pedir un alimento para poder venderte alcohol hasta
embriagarte, pedimos algo de la carta y una ronda de cervezas, las tres tomadas de las manos y sujetando las mías dijeron al unísono — ¡Ay querida Lilith, ahora si la cagaste! Encontraste el amor y fuiste a empeñarlo por dinero. Así que nuestra solución es que vayas a la fiesta…— y justo cuando empezaríamos a armar el plan, llegó Diana, ustedes pensaran que el mundo es muy pequeño o es mucha
coincidencia, pero no es así —No digas nada hasta que nos escuches, yo le llame, la he estado viendo, sinceramente ella me cayó fantástica y tú estabas muy ocupada con Dan, necesitaba otra perra en mi vida—palabras exactas de Regina, y yo no sabía si llorar, irme o reír, ahora entiendo su insistencia de estar en lugar público para no hacer dramas.

Elizabeth Santillan
Derechos reservados
Libro disponible completo en digital y físico.

FEMME FATALE-Disponible en FísicoWhere stories live. Discover now