2. Shawn.

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Phyco- Mía Rodríguez

Traté de abrir la puerta después de unos minutos, pero desafortunadamente estaba cerrada. Busqué entre mis cabellos algún broche u horquilla que me ayudara a abrir, pero nada. Cuando iba a la universidad, me escapaba de la residencia casi todos los días, para ir de fiesta, a tomar con mis amigos, a consumir drogas o simplemente a tomar aire a la azotea.

Pero, desafortunadamente, después de lo que pasó ese día, no volví a hacerlo. Todo el tiempo tenía miedo, por lo que tuve que regresar a casa de mis padres. Nada en mi vida era igual desde esa noche, el recordarlo me da escalofríos y náuseas. Además del Trastorno de estrés postraumático, tuve depresión, ansiedad y ataques de pánico. Cometí el gran error de no contar a nadie lo que pasó, pero no me sentía lista. Amaba a mis padres, pero no les tenía la confianza suficiente, ellos me habían herido en el pasado, juzgaron mi adicción, me obligaron a ir a rehabilitación, y aunque lo agradezco, siempre estará el dolor ahí.

Pero, debía ser fuerte, superar eso e intentar ser feliz. 

Si no lograba escapar, ese sería mi propósito, intentar ser feliz y confiar en los demás, pues no todos eran malvados. 

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Desperté por el sonido de los golpes en la puerta, al abrir, estaba el hombre del día anterior.

-Hola Ada, ¿Dormiste bien?.- Preguntó amablemente.

-Si.- Contesté.

-Que bueno,- me dio una cálida sonrisa que me hizo sentir extraña - date un baño, en unos minutos servirán el desayuno, te esperaré aquí para llevarte al comedor. - Hice lo que me pidió, y en menos de quince minutos estaba lista, no era de las chicas que se tardaban horas frente al espejo, al salir, el seguía allí, lo cual me resultó extraño y amable.

-Pensé que se iría.- Dije sincera.

-Claro que no, tontita, - sonrió - te dije que te esperaría, vamos.- Extendió su brazo hacia mi, entrelacé mi brazo con el suyo y comenzamos a caminar, pude ver a los demás "inquilinos" salir de sus habitaciones y dirigirse hacia un salón grande, supuse era el comedor.- No te asustes si los demás tienen conductas extrañas, es normal. El tercer edificio no sale a comer aquí, así que note preocupes por eso.- Sonreí con sinceridad, el hombre me transmitía mucha paz. Al llegar al comedor, me guío a una mesa sin personas.- Vendré en media hora por ti, para tu primera sesión privada.- Se retiró sin más. No quería ir a esa sesión ni mucho menos a una grupal, hablar del "suceso" solo traía dolor, sufrimiento y mucho llanto, algunos ataques tal vez. Comencé a comer y de repente alguien se sentó junto a mi.

-Hola nueva.- Saludó el chico con entusiasmo.- Soy Shawn, si, si, sé lo que pensaste como el cantante, así es, aunque yo soy más increíble.- Dijo el chico llamado Shawn, un nombre bastante raro.- No te asustes, no te haré nada, y si lo que temes es que ligue contigo, descuida, soy gay,- guiñó un ojo - ¿Y tú cómo te llamas? ¿O prefieres que te diga "nueva" por siempre?.

-Soy Adabelle Lancaster.

-¡Ah! Ada... - Me asustó con su grito.- Me encanta, es precioso.

-Gracias, gracias.

-De nada,- comenzó a comer su desayuno - ¿Y por qué estás aquí? Yo tengo Trastorno de Identidad Disociativo*, aunque aprendí a controlarlo, James ya no sale como antes, ahora prefiere quedarse adentro.- Eso fue extraño.- No me mires así, él es bueno, me ha ayudado. Lo hace siempre. Desde que mamá..., - negó con la cabeza y después, solamente sonrió.- Pero aún así estoy en el segundo edificio, porque cuando sale, hace cosas extrañas.- Hizo una mueca.- ¿Y tú?.

-Estrés postraumático.- Bajé la mirada.

-Que fuerte.- Me tranquilizó que no hiciera más preguntas.- En fin, no te preguntaré que pasó, eso me pone triste y le prometí a James que ya no estaría así, o él tomará el control. Bueno, mejor contemos cosas bonitas,- miró el techo después de cambiar el tema drásticamente - una flor, dos flores, tres flores...- cuando habló de "contar", no creí que lo dijera literalmente. Después de un tiempo, terminamos el desayuno, y justo al llegar a la flor número #168, llegó el doctor.

-Ada, es hora.

-¡Steve, que bueno verte!.- Exclamó el chico.- Te extraño, Nora no es tan buena como tú, y tu eres más apuesto también.- El doctor, que ahora sabía que se llamaba Steve, solo sonrió y me tomó del hombro.

-Vamos, Ada. Cuídate Shawn, toma tus medicamentos, si te portas bien, te llevaré dulces.- El nombrado gritó de alegría, y prometió portarse bien y visitarme después, al final me llamó "amiguis" y salió del comedor.- ¿Lista para la terapia?.

-No.

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* Trastorno de Identidad Disociativa: La persona que lo padece (host) tiende a presentar otras personalidades en él / ella(alter) . Cada personalidad es completamente independiente a las demás y al host mismo. Las personas que lo padecen, pueden tener episodios de pérdida de memoria, sentirse "desconectados" de su cuerpo y emociones y presentar episodios de estrés severo.

Cuando dejes de amarme ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora