(II)14. Alguien que los ame de verdad.

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Dusk Till Dawn -ZAYN

Bueno, había llegado el día en que Mario nos visitaría, estaba un poco nerviosa por ello. Entre otras cosas, después del incidente del centro comercial, no habíamos tenido noticias de Penélope, y Elliot continuaba rondando la casa, a pesar de que él juraba que era una buena persona, no podía creerle.

-Así que hoy vendrá el doctorcito- musitó Hades mirando su teléfono sin mucho interés.

-Sí, gracias por permitir que los niños lo vean aquí, el es una gran amigo para ellos, o bueno- hice una mueca- al menos para Gael.

-Pues claro que lo permití, no iba a dejar que mis hijos se fueran con quién sabe quien a quién sabe donde. Además, esta también es su casa, pueden invitar a quien ustedes gusten, a pesar de ser ese ser indeseable.

-¿Te molesta que venga?- me miró finalmente.

-Pues sí, me molesta mucho, porque soy lo suficientemente idiota como para permitir que ese hombre venga a mi casa a visitar a mis hijos ¡¿Quién se cree?! si quiere niños que tenga los suyos propios y deje de joder.

-Pareces un niño berrinchudo- me miró mal- pero gracias por permitir esto- sonreí mirándolo.

-Mami- habló Gael entrando al comedor, usaba su pijama de cachorros- ¿Hoy vendrá Mario?- preguntó, Hades rodó los ojos.

-Sí, cariño.

-Que bien, así podré enseñarle que encontramos a papi.

-Claro, pequeño.

-Papi- Hades lo miró- ¿Quieres conocer a Mario? él es mi amigo.

-¿En serio?- el pequeño asintió- ¿Y tú lo quieres?

-Si- el pequeño rodeó a su padre con sus pequeños brazos y sonrió- pero a ti te amo más. Mami dice que amar es más grande que querer, yo te amo papi.

-También te amo, campeón. Eternamente.

-¿Y a mí no?- preguntó Lea desde la puerta.

-Claro que sí princesa. Los amo a los dos eternamente.

-¿Y a mami?

-A los tres, los amo a los tres- contestó mirándome, con una intensidad que removió algo en mi interior. En ese momento, sonó el timbre principal. Hades y Lea rodaron los ojos, Gael sonrió emocionado. Nos dirigimos a la sala, ahí nos esperaba Mario.

-Buenas tardes- saludó con su habitual entusiasmo.

-Buenas tardes- respondió Hades.

-¡Mario!- Gael corrió a abrazarlo, Hades apretó la mandíbula.

-¿Cómo estás, pequeño?

-Bien, mira- tomó su mano y lo ubicó frente a Hades, ambos se miraron sin nada en la mirada- ¡Lea y yo encontramos a papi! Se llama Hades, pero yo le digo papá o papi, tú no puedes decirle así, pero puedes ser su amigo- la mueca de asco que Hades hizo al escuchar la palabra "amigo" fue percibida por los dos adultos que estábamos en esa sala.

-Mario Ruíz- extendió su mano al rubio.

-Hades Cavalli- aceptó su saludo, al soltarlo limpió su mano en la tela de su pantalón, lo miré mal, pero él no me miró, estaba demasiado ocupado mirando mal a Mario, quien rompió el contacto visual al ver a Lea.

-Hola princesa, ¿Cómo estás?- Lea lo miró seria.

-No me digas princesa, sólo papi puede llamarme así- Hades sonrió complacido.

Cuando dejes de amarme ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora