(II)10. ¡Es mentira!

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What Now -Rihanna

Nos encontrábamos desayunando, Rose había viajado por motivos laborales por lo que en la casa sólo estábamos Hades, los niños y yo. En ese momento, Hades recibió una llamada, sonreía encantado. Al finalizar, nos miró.

-Hillary planeó ir al parque con Elle, y me preguntó si queríamos ir con ellas- traté de ocultar una mueca.

-¡Si!- habló Gael, a él, al parecer le había caído de maravilla.

-¿Lea?- preguntó Hades al ver el poco interés de nuestra hija.

-¿Tú irás con nosotros?- habló mirándolo.

-Claro que sí, princesa.

-Entonces sí.

-¿Ada?- lo miré- ¿vienes?

-Sí, supongo que...- el sonido de mi teléfono anunciando un mensaje cortó la oración.

"¿Puedes venir por mí al aeropuerto, por favor?" -Mario.

-Creo que no podré ir con ustedes.

-¿Por qué, mami?- preguntó Lea.

-Porque Mario me pidió que fuera por él al aeropuerto.

-¡¿Mario regresó?!- preguntó mi hijo entusiasmado.

-Sí cariño.

-Ugh- se quejó Lea, Hades sonrió al ver su expresión.

-Y ese tal Mario- fingió no conocerlo -¿No tiene a nadie más a quien pueda pedirle eso?

-No. Vive solo en la ciudad- Hades rodó los ojos.

Después de desayunar, me encargué de vestir a los niños, Lea llevaba un lindo vestido amarillo, y Gael usaba una camisa con el dibujo de su súper héroe favorito. Cuando Hades intentó peinar el cabello de Lea, a petición de ella, mi corazón se conmovió.

-¡Así no es papi!- gritó arrebatando el listón de las manos de su padre, quien intentaba hacerle una coleta en lo alto de su pequeña cabeza. Hades intentó de nuevo hacer un moño con el listón amarillo, sin éxito- ¡Papi!

-¡¿Qué?!

-¡Lo haces mal! ¡Hasta Gael lo hace mejor, papi!

-Eso es verdad- concluyó el pequeño con los brazos cruzados recargado en el marco de la puerta.

-Pues no sé hacer moños, te lo dije antes de comenzar.

-Te ayudaré- interferí, con cuidado hice nuevamente el moño con el.

-¿Lo ves? Mami si pudo hacerlo- Hades frunció el ceño en dirección al pequeño listón, con una mueca de asco.

-Yo te hubiese peinado mejor- los tres lo miramos mal, todos sabíamos que eso no era verdad- en fin, tenemos que irnos.

Se fueron poco después, los pequeños llevaban sus pequeñas mochilas en sus espaldas en dónde cargaban agua, pañuelos, juguetes y toallas por si necesitaban limpiar sus manos, además de un poco de fruta. Hades prometió cuidarlos, no lo cuestioné, sabía que los cuidaría con su vida. Me dirigí al aeropuerto. Mario me miraba extraño, pero no dijo nada. Lo llevé a su casa, argumentando que tenía cosas que hacer, se estaba comportado muy extraño.

Llegué a casa poco después, preparé mi comida puesto que era el día de descanso de la cocinera, después de comer, me dirigí a mi habitación a leer correos acerca de el orfanato, Hades me había enviado un mensaje diciendo que todo estaba bien tiempo atrás. Decidí dormir un poco, relajarme sería bueno.

-¡Ya déjame!- el grito de mi hija me despertó, me incorporé justo cuando ella entraba a la habitación, con Gael detrás de ella y Hades persiguiéndolos- ¡Mami!- me percaté de que sus mejillas estaban rojas, como si hubiese llorado.

-¿Qué pasa cariño? ¿Por qué lloras?

-Papi- hizo un puchero - él es malo- miré a Hades al instante, él negó.

-¿Por qué dices eso?

-¡Él dijo que yo había lanzado a la niña del tobogán! ¡Y es mentira!- miré a los tres sin comprender.

-¿Cómo?- ella no respondió- Gael, explícame que pasó, por favor- el suspiró.

-Estábamos en el tobogán Elle, Lea y yo, entonces, Elle dijo que quería que papá fuera su papá también, y Lea se enojó y la empujó, y ella se cayó. Entonces, papá se molestó con Lea.

-¡Yo no empujé a nadie!- gritó la pequeña- ella se cayó y me culpó, te lo prometo, mami, yo no fui, pero ellos no me creen- supe que decía la verdad. Lea siempre era leal a su palabra, y si ella prometía algo era porque en realidad tenía razón. Miré mal a Hades- ¿Tú me crees, mami?

-Claro que sí, cariño. Yo te creo- miré a Gael- y tú debes pedirle una disculpa a tu hermana, les he dicho que siempre se deben poner a ustedes antes que a cualquier otra persona- hablé firme, él la miró arrepentido.

-Perdón, Lea- la abrazó, ella aún molesta, correspondió el abrazo.

-Espero lo mismo de ti, Hades- me miró.

-Tú no estuviste allí, no sabes lo que pasó.

-No, pero la palabra de mi hija me basta, la conozco lo suficiente para saber que no está mintiendo.

-Pues Elle tampoco es una mentirosa- defendió.

-¿Insinúas que Lea lo es?- abrió la boca para responder pero lo interrumpí- ¿Sabes? no voy a discutir eso contigo, tú no conoces a mi hija como lo hago yo- me miró dolido - así que por favor vete, yo los cuidaré lo que resta del día- no dijo nada, se acercó a los niños. Lea automáticamente se alejó.

-Lea, ven por favor- pidió el rubio.

-¡No! tú no me crees, ¡no me quieres! déjame y vete con esa niña a la que sí quieres aunque diga mentiras.

-Lea, princesa...-

-No me digas princesa.

-Perdón, pero debes entender que pareció que en realidad la habías empujado y...-

-Hades, sólo discúlpate- interrumpí.

-Haremos algo ¿si?- miró nuevamente a la niña- tú te disculparás con Elle y yo me disculparé contigo así...-

-No voy a disculparme porque no hice nada- se bajó de la cama- tengo sueño, iré a dormir- besó mi mejilla y tomó a Gael de la mano antes de que él se despidiera de su padre, ambos salieron con rumbo a su habitación, la cuál estaba justo en frente de la mía. Hades me miró.

-Ahora si lo arruinaste, te lo advertí Hades, a mí podrías hacerme lo que fuera, pero a mis hijos no.

-Ada...-

-No. Ni siquiera digas nada, sólo espero que cuando te des cuenta de lo que en realidad pasó, veas que mi hija no es una mentirosa. Creerle a esa niña, y ponerte de su lado, aunque sea por algo insignificante, te hizo retroceder mucho en tu avance con los niños.

-Yo no...-

-Dormiré con ellos ésta noche. Que descanses. 

Cuando dejes de amarme ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora