27 | Fin

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Deaton le había comentado sobre el lazo en su totalidad, la verdad le molestaba que lo hiciera de una manera tardía, pero comprendía que a veces se tenían que cometer errores para hacer lo correcto, no pensaba que Clark fuera un error, a decir verdad, agradecía haberlo conocido, pues él le había enseñado que la vida podía ser buena aun cuando no lo merecías.

Luego de que Derek lo visitara en su departamento, habían dejado todo en claro, habían hablado como nunca pensó que lo harían, y solo un beso habían compartido esa noche de desvelo, pero estaba bien, no quería nada apresurado ni nada que volviera a marchitar lo que tenían.

En vacaciones de invierno todos habían vuelto al pueblo, entre sonrisas y abrazos habían disfrutado de un día agradable, hasta que esa misma camioneta se aparcó en frente.

- Bien, vamos – dijo Lois bajando primero.

A Clark le tomo un poco más de tiempo bajar, pues estar de regreso y divisar la mansión como estaba en sus inicios le hacia trastabillar, llorar y sonreír al mismo tiempo.

"Siempre estaré para ti" – recordar la sonrisa de su hermana Laura le dio confort, la extrañaba demasiado, pero ahora podía decir con seguridad, que había vuelto a la familia, Cora lo abrazaba con afecto, le sonreía al verlo, Peter le mencionaba más de dos o tres palabras, Derek, a quien volvía a ver de pie en la entrada, recibiéndolo con su típica mirada analítica y manos en su chaqueta, le hizo pensar que efectivamente estaba en casa.

Stiles estaba a su lado cuando llego, y cuando lo vio solo sonrió de felicidad acercándose.

- Qué bueno que están aquí – dijo el chico mientras Derek se acercaba a su espalda.

- Hola – dijo Clark aun con miedo en su respuesta.

- Hola – respondió.

- Yo, quise darte esto antes, pero no pude, ya sabes, te marchaste y no quise molestarte – saco de su abrigo la misma caja que le entrego aquel día que se despidió – Siempre debió ser tuyo – añadió mientras Derek lo sostenía y lo miraba con una débil sonrisa.

- ¿Qué es eso? – pregunto el castaño queriendo ver el contenido.

- Nada – dijo Derek tomándolo y guardándolo en su chaqueta.

- ¿Cómo que nada?, déjame ver – quiso arrebatárselo, pero Derek lo sostuvo.

- Iré adentro – dijo Lois despidiéndose.

El silencio que se hizo luego de eso le dio a entender al castaño que debía de hacer lo mismo, por lo que solo los miro un segundo antes de marcharse y ayudar a acomodar las mesas exteriores.

- Me alegra que estés aquí – dijo para su sorpresa Derek.

- Y yo me alegro de haber venido – sonrió – No tuve la oportunidad de disculparme ...

- No importa – lo paro poniendo su mano en su hombro – Ya no importa – añadió – Ahora lo importante es que volviste a casa, con tu familia.

En todos los años que llevaba jamás se había sentido de esa manera, en familia, con una felicidad que lo llenaba completamente y que jamás quería apagar.

- Vamos adentro – comento el lobo señalando donde el resto estaba.

Era navidad, la noche estaba por caer, el sheriff había llegado minutos después, todos estaban juntos de nuevo, como en esa época de preparatoria cuando tenían que detener a las criaturas que acechaban el pueblo, cuando en sus inicios ninguno se agradaba, mas sin embargo ahora todos se sonreían, se apoyaba, se extrañaban.

Una larga mesa en fila había sido acomodada en el patio con luces colgando entre los árboles, la noche era fresca y perfecta.

- ¿Qué hacemos aquí? – pregunto el castaño al verse secuestrado lejos de los demás.

- Necesitaba decirte algo – comento mirando sus manos, mismas que había sostenido y que no había podido soltar – Decirte algo que no pude decirte antes.

- Por favor no me digas de otro secreto, no creo poder ... - se detuvo cuando vio alzada la ceja del lobo.

- Quería darte esto – le entrego la misma caja que vio a Clark entregarle.

La sostuvo con curiosidad y después la abrió, una bella sortija brillaba con las luces del lugar.

Alzo la mirada sin comprender, o más bien, sabiendo lo que eso significaba.

- Ese día iba a proponerte que te casaras conmigo – dijo con sus ojos destellando, anhelantes – Cuando estabas en el hospital, sé que no era el mejor momento, pero al pensar que podía perderte me hizo entender que no debía esperar un minuto más, pero ... - se detuvo, y él supo por qué.

- ¿Y porque no lo haces ahora? – pregunto con una sonrisa.

- Porque no quiero que me digas que no estás listo – dijo con sinceridad.

- Estoy listo – exclamo haciendo que el lobo lo mirara detenidamente – Estoy listo Derek – repitió.

Suspiro apretó sus manos aun teniéndolas aprisionadas, temiendo que, si las soltaba, no las volvería a sentir junto a las de él.

- ¿Te casarías conmigo? – pregunto temeroso, pero ese sentimiento quedo olvidado al escuchar el sonido del corazón del chico, latiendo de una manera acelerada, placentera, él estaba igual de temeroso, asustado que él.

- Y yo te contestare que si – dijo divertido.

Soltó sus manos sin más miedos y las coloco en las mejillas del chico atrayéndolo a él, dándole un beso profundo, lleno de todo lo que sus palabras no podían decir, expresando con cada rose lo importante que era para él.

Poco esperaron para que los demás se acercaran a felicitarlos, entre risas, abrazos y sobre todo felicidad, una que iniciaba para todos tras su nuevo comienzo, su nuevo inicio.

Clark había aprendido a superar sus miedos, a afrontar la realidad no estando solo, permitiéndose aceptar a los demás sin que pensara que lo lastimarían, superando el pasado y reconfortándose con lo que ahora tenía, Lois y su familia.

Derek había superado la muerte de Paige y de su familia, había aceptado a Clark como su hermano y se había jurado protegerlo al igual que hacía con Cora, porque ahora esa era su familia, había aceptado el lazo nuevamente y este comenzaba a formarse conforme estaba su lado.

Todos tenían algo que habían superado y que los había hecho más fuertes, y por esa razón permanecieron unidos, afrontando todo como manada.

FIN

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