Príncipes del 97 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔

꧁Cinco꧂

                       TaeEun;

Me desperté debido al toque repetitivo de la puerta. Indicando que alguien llamaba. Al abrir mis ojos juro que quise despertar en mi cama, en mi cuarto y en mi casa. Con mis padres y mi hermano. Pero al notar todo a mi alrededor nuevamente me di cuenta de que estaba en este palacio, participando en esta rídiculez.

—Ya va...—musité y me puse unas pantuflas para acercarme a la puerta y abrir.

Me hice a un lado cuando entró una criada con el desayuno el cual colocó encima de la mesa que había en el medio de la habitación. Puso una jarra de jugo, una copa, un plato con tostadas, otro plato con huevos revueltos y beicon. Pestañee algo asombrada por eso y me hizo una reverencia antes de salir de la habitación.

Cerré la puerta nuevamente y me acerque a la mesa. El delicioso olor llegó más a mi, y fue cuando noté que me moría de hambre así que me senté para probar el desayuno, el cual estaba por cierto delicioso.

Cuando terminaba este, volvieron a tocar la puerta y me levanté para abrir, encontrando a una chica bastante bonita vestida casualmente pero sin dejar de ser elegante.

—Buenos días TaeEun —me sonrió.

—Buenos días —añadí una reverencia.

—¿Puedo pasar? —indica la habitación y asentí haciendome a un lado para que ella entrara—. Veo que ya terminaste de desayunar...

—¿Usted quien es? —intrigo.

—Ah. Perdón. Que mal educada —rió y se acercó a mi—. Soy Joy. Y seré tu supervisora.

—¿Supervisora? —arquee una ceja sin entender a que realmente se refería.

—Sí. Me encargaré de todo lo relacionado a ti. En cuanto a la ropa que debas ponerte, maquillarte, peinarte y todo eso. O sea, cuando asistas a algun evento importante como hoy. Donde conocerás a los príncipes.

—Dios....—no pude evitar reír de lado sarcásticamente—. Esto es absurdo.

Ella me miró sin entender pero solo me sonrió y llamó al parecer a unas personas que estaban afuera y tres chicas con unos percheros llenos de ropa entraron a mi habitación. Y con zapatos también.

Pestañee seguidamente confundida sin saber que pasaba.

—¿Que...es esto? —le pregunté a la tal Joy.

—Pues es ropa y zapatos para ti —respondió Joy obvia.

Una de las chicas le tendió a ella unas cintas de medir.

—Pero....¿todo esto? —empecé a mirar la etiqueta de la ropa, y abrí mis ojos al ver el precio de esta—. Esto cuesta demasiado.

Joy rió y me tomó del brazo para apartarme.

—No lo pagamos ni tu ni yo. Ahora permanece tranquila. Tengo que tomar tus medidas —dijo y comenzó a ejercer lo que dijo.

Comenzó a medir mis brazos, el largo, la cintura, cadera, los muslos. Todo. Y mientras hacía esto, fue anotandolo en una tableta.

—Listo —dijo cuando terminó—. En la noche vendré con tu vestuario para la fiesta.

Asentí aun shoqueada.

Unas criadas se quedaron organizando la cantidad de ropa que la tal chica llamada Joy me había traído; Lisa había ido por mi, ya que el señor Kim Suk nos iba a reunir para hablar de algo importante.

Entramos a un salón donde habían unas sillas (la cantidad exacta para nosotras). Yo me senté junto a Yerin ya que al lado de ella había una silla disponible.