Príncipes del 97 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔

꧁Veinticuatro꧂

                      Jungkook;

Tae-eun me miró cuando el señor Kim Suk dijo que le correspondía hacer pareja conmigo. Ladee mi cabeza mirandola y ella caminó hacia mi.

—Supongo que... somos pareja —dice luego de raspar su garganta.

—Lo somos —respondí y ella asintió mientras miraba hacia otro lado. Sonreí levemente mirandola.

Una vez todos terminamos con parejas ahora debíamos prepararnos ya que éramos los que debíamos hacer la entrada.

—¿Escogiste este caballo? —le pregunto a Taeeun una vez que nos acercamos al caballo que ella me había indicado.

—Sí —asiente.

—Es lindo —digo.

—¿Cierto?. Se llama Ángel —sonríe ella y le acaricia el pelo. Me le quedo viendo y ella me observa.

Al ver que la observaba desvió la mirada en seguida.

—¿Me vas a enseñar o no? —me pregunta.

—Sí. Vamos a el área —tomo el caballo y lo hago caminar junto a nosotros.

Entramos al lugar el cual era amplio obviamente y tenía varios obstáculos que eran los que de seguro realizarían los competidores.

—Sube —le indico.

Ella pone un pie en el estribo e intenta hacerlo pero falla.

—¿Te ayudo? —le pregunté.

—Yo puedo hacerlo sola —responde decisiva.

—Vale —asentí.

Lo mas gracioso era que sabía que no lo iba a poder lograr. Crucé mis brazos y la observé. Ella intentó hacerlo de nuevo pero no pudo. Arquee una ceja mientras la seguía observando. Bufó cuando ya lo había intentado como tres veces y seguía sin poderse subir. Mordí mi labio aguantando la risa.

—¿Todavía no quieres que te ayude? —pregunté divertido.

—Te dije que puedo hacerlo sola —dijo segura.

E intentó de nuevo pero su pie se giró haciendo que estuviese a punto de caerse.

[Esto va a ser tan cliché jsjss].

La sujeté por la cintura evitando que cayera mientras uno de sus pies aun estaba apoyado en el estribo.

—Yo pensé que podías sola —le susurré en el oído.

—Solo se me resbaló el pie y ya —musitó. Estaba nerviosa.

—Mhm. Lo sé —respondí—. ¿Quieres que te ayude entonces?.

—¿Acaso me piensas tener de esta forma durante todo el día? —contesta entonces.

Sonreí y la elevé haciendo que su otro pie pasara por el otro lado. Y ya estaba sentada.

—Gracias —dijo bajo.

Yo puse el pie en el estribo y me subí también poniéndome detrás de ella. Me miró en seguida.

—¿Por qué estas aquí? —preguntó rápidamente.

—Porque es así —dije obvio.

—Puedes escoger otro caballo —se giró a verme.

—Este es mas lindo —rodeo mis brazos por su cintura y ella casi aguanta la respiración.

Río divertido pero en vez de tomar su cintura agarro las riendas.