꧁Cincuenta y cuatro꧂

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                             Tae-eun;

Luego de unas cuantas horas en la playa, era tarde y ambos estábamos cansados así que cada uno fuimos a dormir a nuestras habitaciones.
Sin embargo Jungkook me dijo que a eso de las 9 tendría que estar lista. Y pues, supongo que ahí entraba esa "sorpresa" que quería hacerme. Y de la cual, yo estaba emocionada.

La alarma sonó por toda la habitación.
La había puesto como una hora antes de que llegara la hora para tener tiempo de prepararme.

Me dí una ducha, y con la toalla envuelta en mi cuerpo fui al closet para ver, que podría ponerme.
Afortunadamente, Joy había puesto varios vestidos sencillos pero bonitos en la maleta. Miré las perchas con estos y fui observando, para elegir cual debía ponerme.

 Miré las perchas con estos y fui observando, para elegir cual debía ponerme

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Luego de ponerme el vestido, escogí los zapatos. Y después me puse frente al espejo para empezar a maquillarme y arreglarme el pelo.

Luego de media hora, había terminado completamente. Me había dejado el pelo suelto. Ondeando en las puntas. El flequillo perfectamente peinado en mi frente. Y había decidido maquillarme bien natural. Justo organizaba algunas cosas, cuando tocan a la puerta. Antes miro mi celular y veo que eran las 9 exactamente. Suspiré profundamente y abrí esta. Esperé encontrarme a Jungkook, pero no fue así. Era al parecer alguien de los que trabajaba en el hotel.

—Es para usted —me tendió un gran ramo de flores.

Rosas rojas exactamente.
Las tomé asombrada y miré el hermoso ramo. El cual era precioso. Olí las rosas y esta tenían un rico olor.

—Ahora sigame —me dijo el chico y asentí mientras aún tenía el ramo entre mis manos.

Entramos al elevador y sonreí. Miré nuevamente las flores. Eran preciosas.

Llegamos a la primera planta y nuevamente seguí a el hombre. Este me condujo por un pasillo, que nos terminó llevando a la playa. El lugar estaba alumbrado por las luces que normalmente se suelen usar en los arbolitos de navidad.

Llegamos a una glorieta que había, esta tenía también de las mismas luces, y tenía una mesa en el centro con dos sillas en cada lado. Estaba decorada, y todo se veía tan bonito. Enfoqué mi vista y encontré a Jungkook esperandome. Me sonrió y yo no dudé en devolverle la sonrisa mientras sentía mi corazón latir muy rápido. Esto parecía sacado de esas películas románticas empedernidas.

Pero me gustaba.

El hombre se detuvo, pero yo continué mi camino hasta llegar a Jungkook.

—Hola —le sonreí. El estaba vestido elegantemente, pero a la vez casual.
De cualquiera forma se veía guapísimo.

—Estás hermosa —dijo viendome.

Le sonreí —Tú también estás muy apuesto –respondí aun sonriendo como tonta.

Príncipes del 97 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora