Príncipes del 97 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔

꧁Veintiocho꧂

                             Jungkook;

—Gracias —digo al tomar la llave de la habitación.

—Ven —acerco a Taeeun hacia mi por los hombros y la conduzo hacia el elevador.

Entramos a este y presiono el número de la planta. La miro y sigue temblando. Observo sus labios los cuales estan un poquito hinchados y mojados. Por mi cabeza pasan miles de cosas que decido obviar porque no es el momento.

—De seguro viste que iba a llover. ¿Por qué no te regresaste en seguida? —le pregunto.

Ella se encogió de hombros.
—¿C-como sabías q-que estaba ahí? —me preguntó en cambio.

—Me lo dijo tu supervisora.

El elevador se detuvo y abrió las puertas.
—Vamos —salgo del elevador y ella me sigue.

Busco el número de la habitación y una vez que la encuentro pongo la llave y la puerta de esta se abre. Le indico que ella entre primero y lo hace. Cierro la puerta.

—Mira deberías irte a duchar —le digo—. Hay un centro cercano y compraré ropa para ti ya que no será bueno que estés con esa mojada.

Ella asintió lentamente.

—Vengo en seguida —dije antes de salir nuevamente del cuarto.

Miré la ropa que había en el centro.
La verdad no creo que ninguna sea de su talla —toda la ropa era ancha—, pero era lo que había. Tomé un hoodie negro, y un pantalón de algodón que era a juego. Cogí algo de ropa para mi también.

Lo pagué y crucé a pasos rápidos hacia el hotel ya que el centro estaba super cerca. Abrí la puerta de la habitación y al no verla supuse que aún estaba en el baño. Raspé mi garganta y toqué la puerta.

—Te traje ropa —dije—. La dejaré sobre la cama. Yo voy a estar afuera. Me avisas cuando termines.

—Vale —ella respondió y dejé el bolso con la ropa encima de la cama y salí de la habitación.

Mientras esperaba busqué el número de Joy y la llamé.

—¿La encontraste? —pregunta ella al atender.

—Sí. Estamos en un hotel. Es demasiado tarde y está lloviendo demasiado como para volver. Regresaremos en la mañana —contesto.

—Está bien. Muchas gracias príncipe Jeon.

—De nada —digo y entonces cuelgo.

Mientras esperaba una de las encargadas de la habitación vino con una mesa con comida que había ordenado.

—Gracias. Yo me encargo —ella me hizo una reverencia y toqué la puerta—. ¿Ya puedo pasar?.

—Sí —respondió.

Abrí la puerta con una mano y con la otra disponible entré la mesa. Observé a Taeeun sentada en el borde de la cama.

—Pedí que trajeran algo de comer —dije acercando la mesa a la otra mesa la de la habitación.

—Gracias —dijo ella.

Me le quedé viendo —Yo estaré en la habitación de al lado. Tu come ¿si?.

—¿Tú no vas a comer? —preguntó.

—No tengo hambre. No te preocupes —le dije y ella asintió—. Si necesitas algo estaré al lado ¿vale?.

Ella asintió y yo me giré listo para salir. Pero antes de hacerlo me detengo.

—Seca tu pelo o te puedes resfriar —la miro.