Capítulo 2. Escuela

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—¡Jazz, vámonos! —exclamó Alice desde el garaje, montada en el Mustang gris que Jasper se había comprado el mes anterior

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—¡Jazz, vámonos! —exclamó Alice desde el garaje, montada en el Mustang gris que Jasper se había comprado el mes anterior.

Jasper llegó confundido. —¿A dónde vamos, Alice?

—Tú sólo conduce y no preguntes —respondió la vampira—. Yo te guiaré.


☆゜・。。・゜゜・。。・゜★


Francis bajó a desayunar, encontrándose con Charlie en la cocina. —Hola, papá —saludó, con una sonrisa.

Habían pasado alrededor de nueve días desde su arribo a Forks. El resto de su equipaje había llegado por paquetería algunos días antes, por lo que estaba completamente instalada en su nuevo hogar, solo faltaba que le entregaran su camioneta con la pintura nueva.

—Buen día, Francis —dijo Charlie, terminando su taza de café y dejándola en el fregadero—. Escucha, tengo que ir a la comisaría más temprano hoy, cariño. Sé que prometí llevarte a recoger la camioneta, pero surgió algo en la estación.

—No pasa nada, papá. Iré caminando —contestó sonriendo—. Ve a patear traseros.

Charlie soltó un bufido de gracia. —Bien, cuídate —se despidió, revolviendo su cabello antes de salir.

Francis procedió a hacer su desayuno que consistió en unos huevos revueltos y un té. Cuando terminó, decidió que era hora de ir por su camioneta. Se colocó un suéter grueso, tomó sus llaves, su dinero, y salió hacia el taller. La niebla se había disipado, y el lugar no estaba lejos, a unos veinte minutos caminando.

Iba llegando al pueblo, cuando se acercó por el norte una lluvia densa que no la dejó ver nada, aún faltaban unas cuantas calles para llegar a su destino, y como todavía no se acostumbraba al frío, decidió resguardarse bajo un árbol en lo que se calmaba el clima, sólo deseó que no empezaran a caer rayos.

Por el otro lado de la calle, observó que iba caminando un muchacho con una sombrilla. Como si supiera que ella lo miraba, él cruzó la vía y se acercó en su dirección. 

Era un chico alto y musculoso, no aparentaba más de veinte años y tenía el cabello del color de la miel. Es decir, rubio. Era bastante atractivo.

—Hola, ¿se quedó atrapada, señorita? —preguntó. Tenía una voz profunda y amable al mismo tiempo.

Francis sonrió. —Sí, el clima es engañoso.

—Déjeme llevarla a su destino, mi auto está más adelante.

—Oh, no, no te molestes. Voy al taller que está a unas cuadras —señaló hacia su derecha.

—No puedo dejarla en la lluvia, señorita —se negó—. La acompañaré a pie, la cubriré con mi sombrilla.

FRANCESCA SWAN || Jasper Hale ✓ *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora