Después de mucho tiempo, Francesca regresa a un pequeño pueblo en el estado de Washington para vivir con su padre, Charlie Swan. A sus casi dieciocho años, espera tener un último curso de preparatoria tranquilo.
¿Será prudente la presencia de ocho v...
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La primera semana después de que los Cullen abandonaron Forks, fue la peor para la familia Swan. Bella llevaba casi cuatro días en cama, no se movía, no comía, no hablaba.
Charlie se asustó mucho y decidió mandar a Bella con su madre a Jacksonville. Ese fin de semana, Francis y Renée llegaron a Forks con intención de empacar las cosas de Bella.
Sin embargo, la menor se revolvió cuando empezaron a empaquetar sus ropas. Bella se puso hecha una fiera. Arrojó sus prendas por todas partes y gritó que no podían obligarla a marcharse, y al final rompió a llorar.
Francis y Charlie pensaron que había tocado fondo y se recuperaría. Justo después volvió a la escuela y a su empleo en la tienda deportiva de los Newton; comía, dormía, hacía las tareas y contestaba cuando alguien le preguntaba algo, pero estaba vacía. Tenía los ojos inexpresivos.
Francis se preocupó demasiado. Dejó su empleo en el restaurante italiano y se dedicó a buscar otro, uno donde tuviera libres los fines de semana para viajar a Forks a cuidar de su hermana.
—No lo hagas, hija —le había pedido Charlie—. Bella mejorará con el tiempo.
Pero Francis no le hizo caso, y Bella no mejoró.
Las semanas pasaron y octubre llegó. La mayor consiguió trabajo en una empresa de transporte privado, eran oficinas de atención al cliente, por lo cual tenía los sábados y domingos libres.
Un sábado por la mañana, Francis llegó a su casa en Forks. Su padre no estaba, Charlie avisó que trabajaría en la estación hasta tarde.La castaña dejó en la mesa de la cocina el desayuno que compró de camino y subió a la habitación de Bella.
—Hola, Bells —saludó, entrando a su habitación.
Su hermana estaba acostada en la cama. No contestó.
Francis se recostó junto a ella. —¿Cómo estás?
Bella parecía escuchar nada.
—Sólo es una etapa, Bella —le dijo—. Con el tiempo lo olvidarás...
Guardó silencio. No podía decirle nada a su hermana con lo que no se sintiera identificada. Francis suspiró, luego se levantó y buscó un libro en la estantería. Tomó el primer libro escolar que encontró y se dispuso a leer en voz alta.
Bella ni siquiera escuchó que su hermana estaba leyendo sobre la Segunda Guerra Mundial en su libro de Historia.
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Francis no procesó su rompimiento con Jasper. Ella no tenía tiempo de pensar en eso, tenía una hermana que cuidar, y dos amigos a los qué apoyar con su duelo.
Adam estuvo alrededor de tres semanas sin salir de la cama, y un día, así sin más, regresó a la escuela. Entregó su departamento y se mudó definitivamente al de las chicas. No fue capaz de regresar a la empresa de los papás de Denisse, por lo que abandonó su puesto y se dedicó a la universidad. Sin embargo, andaba para todos lados con el rostro impasible.
