Capítulo 23. La inminente batalla

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Las siguientes dos semanas, después de la junta del consejo, estuvieron muy tensas

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Las siguientes dos semanas, después de la junta del consejo, estuvieron muy tensas. Aro y Caius, especialmente, estaban impacientes. Mandaron a dos soldados Vulturi a recolectar toda la información posible sobre los Cullen.

La informante, como le habían llamado a Irina, fue alojada en una habitación cercana al gran salón, para tenerla vigilada. Le habían conferido todo tipo de regalos, sin embargo, sus salidas eran restringidas.

Por otro lado, Venus y sus amigos, no sabían cómo reaccionar a la inminente «batalla» que se avecinaba. Ninguno estaba seguro de cómo proceder, sobre todo Zaro y Enrico, quienes parecían muy nerviosos. Todos los demás vampiros de la guardia hablaban de ello con entusiasmo, estaban sedientos de sangre.

Ese día, se armó otro alboroto en la entrada del Palazzo dei Priori. Según los soldados Vulturi, Basilisa y su esposo, Bernard, intentaron entrar al palacio de nuevo. Esta vez, no los dejaron armar un escándalo, inmediatamente los capturaron, y Aro ordenó sacarlos de la ciudad. Tenía cosas más importantes qué pensar.

No obstante, cuando los soldados estaban por dejarlos fuera de los límites, Basilisa, desesperada, comenzó a gritar lo que sabía: los Cullen reclutaban vampiros para enfrentar a Aro.

Jane fue por Venus para otra junta urgente del consejo. Al entrar en la sala, la castaña supo que no eran buenas noticias. Los maestros ya estaban ahí, con gesto disgustado.

—Esto ha ido mucho más lejos de lo que imaginamos —comenzó Aro, entre dientes—. Los Cullen se han atrevido a recolectar vampiros para enfrentarse a nosotros.

—Es obvio que saben de nuestra llegada —comentó Caius, irritado.

—¿Cómo es que ellos pueden saberlo? —preguntó Chelsea, confundida.

—Alice —respondió Aro, con voz tenue. Parecía que le tenía cariño—. Tiene el don de la clarividencia.

Jane gruñó al escuchar ese nombre. Venus alzó una ceja, pero no dijo nada.

—¿Confiará en lo que dijo Basilisa, maestro? —preguntó Jane, incrédula—. Esa loca es capaz de cualquier cosa.

La mayoría estuvo de acuerdo con la rubia.

—Nos aseguraremos primero, Jane —contestó Marcus, con un gesto de aburrimiento.

—Si Carlisle está yendo en busca de sus amigos, ellos ya debieron haber recibido algún tipo de aviso para una reunión —comentó Caius, pensativo—. Alguno debe estar cerca.

Aro sonrió, orgulloso. —Bien pensado, mi hermano.

 —Bien pensado, mi hermano

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FRANCESCA SWAN || Jasper Hale ✓ *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora