Capítulo 9. Primera cita

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Con el pasar de los días, el tobillo de Francis iba mejorando, seguía hinchado y de color morado, pero ya no dolía tanto al caminar y, además, ya se había acostumbrado al bastón

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Con el pasar de los días, el tobillo de Francis iba mejorando, seguía hinchado y de color morado, pero ya no dolía tanto al caminar y, además, ya se había acostumbrado al bastón. Aún no tenía permiso para conducir, su padre seguía llevándola a la escuela por las mañanas y Jasper la dejaba en su casa por las tardes.

Era el último día de escuela antes de las vacaciones de invierno, Charlie la dejó muy temprano en el edificio porque tenía asuntos pendientes en la comisaría. La castaña estaba sentada en una banca frente a su casillero, cuando alguien dio vuelta en el pasillo y se detuvo en seco. Era Jasper.

—Por fin llegué antes que el chico de las notas —dijo Francis con ironía, viendo el papel rosa pálido en las manos de Jasper.

—Mi identidad quedó descubierta —bromeó el rubio. Llegó a su lado y se sentó en la banca, muy cerca.

—¿Puedo leerla? —preguntó, señalando la nota.

—Por supuesto, Frannie —contestó Jasper, sonriendo—. Es para ti.

"No sé de qué están hechas las almas, pero la mía y la tuya son una sola. Cumbres Borrascosas, de Emily Brontë.

Y si nuestras almas no son una sola,  me aseguraré de conectarlas yo mismo. —Jasper Hale."

—Es... Vaya, Jazz. Esto es hermoso —le dijo, usando por primera vez su apodo. Le dedicó una mirada larga y brillante—. Es de las pocas frases de Cumbres Borrascosas que me gustan.

—¿Pocas? ¿No te gusta Cumbres Borrascosas? —preguntó, sorprendido.

—Casi no —respondió con una mueca—. Me gustan los clásicos, sí, pero ese libro es terrible —negó con la cabeza—. Me sorprendió mucho que se vendiera como una historia de amor, y vaya sorpresa, lo sufrí muchísimo.

Jasper rió. —Sí, puede ser algo lúgubre.

—Es el favorito de mi hermana —Francis rodó los ojos—. Ella dice que mi alma es muy noble como para intoxicarla con esta historia.

El rubio volvió a reír. —Tal vez ella tenga razón —coincidió—. De acuerdo, señorita, olvidemos Cumbres Borrascosas. ¿Te parece? Hablemos de temas más alegres.

—¿Como cuáles?

—Nuestra cita pendiente.

Francis sonrió suavemente. —Ese tema me gusta más.

—¿Cuándo te quitarán el bastón, Frannie? —preguntó.

—El sábado —contestó, rápidamente—. Bueno, eso dijo el doctor Cullen.

—Bien. El día que iba a ser nuestra primera cita, ¿tenías algo planeado? ¿Quieres hacer algo en especial?

—No exactamente, sólo iba a sugerir que fuéramos a Port Angeles.

FRANCESCA SWAN || Jasper Hale ✓ *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora