Capítulo 18. Misión

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Ocho meses después

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Ocho meses después.

Venus jugaba con una pequeña llama de color naranja, la pasaba de una mano a la otra, mientras esperaba a su amiga para dar un paseo por la reserva de Castelvecchio, como era rutina entre ellas dos.

Apenas unos minutos después, Jane entró a la sala de estar destinada a la guardia de los Vulturi, donde Venus la esperaba. La rubia sonrió al ver a su amiga.

—Hola, Jay —saludó Venus, con el apodo cariñoso que le había puesto hace unos meses atrás.

—Siento llegar tarde, Venus —se disculpó, y tomó asiento a su lado en el sofá—. Aro quería verme.

—¿Pasó algo?

—Fui asignada a una misión —reveló Jane—. Tengo que volar a África.

—Oh, ¿Cuándo te irás? —quiso saber.

La rubia le dedicó una sonrisa. —Querrás decir cuándo nos iremos.

Venus jadeó de sorpresa. Había esperado meses para poder asistir a una misión Vulturi. Marcus siempre se lo negaba porque decía que no estaba lista.

—No juegues conmigo.

Jane negó. —No es ningún juego. Aro y Marcus lo aprobaron. Estás lista, Venus.

—¡Santa Mierda! —exclamó emocionada.

La vampira rubia se levantó del sofá y se dirigió a la puerta.

Venus la miró extrañada, desde el sofá. —¿A dónde vas, Jay?

—¿Vas a venir o no? —preguntó Jane saliendo de la habitación.

—¿Qué? ¿Ahora?

—Sí.

La castaña se levantó de un salto y se materializó junto a Jane en un segundo. —Joder, claro que sí.

—Trae a Somi también —pidió—. Ustedes dos serán de gran apoyo.

Venus se había vuelto una de las mejores guerreras en batalla cuerpo a cuerpo, su sentido auditivo y sensorial era mucho más desarrollado que el de los vampiros normales. Su maestro le había comentado que esos sentidos agudos venían desde su humanidad. Probablemente ella podía captar cosas que los demás no.

Marcus la entrenaba a diario, mental y físicamente. Por lo que su poder había alcanzado límites inimaginables. Para ese entonces, no solo podía crear fuego real con las manos, podía hacer que cualquier cosa se incendiara desde dentro.

Con sólo un pensamiento, un vampiro se quemaría del interior hasta la corteza más dura del exterior. Dándole una muerte lenta y dolorosa.

Gracias a esto, Jane la adoraba. Venus fue la única vampira que igualó su fuerza en el entrenamiento. Ambas eran mujeres increíblemente poderosas y temibles cuando se lo proponían. Y juntas eran imparables.

FRANCESCA SWAN || Jasper Hale ✓ *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora