The Compulsion To Find Love (Traducción)

C.28 Revelación (Parte I)

Louis se abrió camino entre los edificios repartidos por el campus de Candling y bajo los altos arcos victorianos para evitar que la lluvia golpeara el suelo. Lo acompañaron los sonidos de las gotas pesadas que salpicaban las fuentes desbordadas, del viento aullando mientras susurraba las hojas otoñales que aún se aferraban a los árboles y el suave ruido sordo de sus zapatos al golpear la grava. El intento de esquivar el aguacero fue inútil, sin embargo, y llegó al dormitorio alfa principal con gotas adheridas a su piel y goteando de su cabello empapado. Respiró profundamente y abrió las formidables puertas de roble.

Había algunos alfas en la entrada, otros se apiñaban alrededor del fuego rugiente en la sala común adyacente para calentarse los dedos. En el mismo segundo en que entró, sintió que todas sus cabezas se volvían hacia él, los ojos clavados en su piel y las fosas nasales llameantes ante su olor.

"¿Estás bien, cariño?"

Louis miró hacia arriba para encontrar a un alfa de piel cetrina que vestía ropas ajustadas que se pegaban a su piel tonificada. Asintió con nerviosismo. "Sí, gracias", dijo cortésmente. Cruzó la entrada y se dirigió hacia las escaleras. Lo siguieron tres pares de pasos; el alfa musculoso incluido.

"Eres Louis, ¿verdad?" preguntó audazmente.

Louis se dio la vuelta y lo miró con cautela. "¿Cómo sabes eso?" Quería sonar más exigente, indignado, pero su voz salió ansiosa, su omega interior exigiendo que respetara a los tres alfas que se le acercaban.

Todos se rieron desagradablemente y se volvieron el uno hacia el otro, como si estuvieran compartiendo una broma privada. Louis se puso las manos en las caderas con impaciencia. "Tengo mucha prisa".

Sin embargo, esto resultó ser un error, ya que uno de ellos arrulló la acción. "Oh, es adorable cuando está enojado", dijo.

Uno de los alfas pareció compadecerse de Louis y respondió a su pregunta, todavía secándose las lágrimas de risa de sus ojos oscuros. "Es un poco difícil no saber quién eres. Sólo hay diez hombres omegas en todo el campus. Créeme cuando te digo que nuestra prioridad es saber quiénes son todos ustedes".

Louis retrocedió visiblemente ante el guiño sórdido que le dio el alfa, sintiéndose nervioso por la admisión, y se volvió para irse hacia las escaleras.

"¡Espera! ¿Adónde vas? ¿No quieres quedarte aquí con nosotros, princesa? Podemos conseguirte una toalla y secarte".

Louis apretó la mandíbula y rechinó los dientes. Se dio la vuelta con calma y observó cómo sus miradas pasaban colectivamente de su trasero a su cara. Anhelaba darles una parte de su mente, sermonearlos sobre la objetivación y la cortesía común, pero sabía que eran el tipo de alfas que eran fácilmente insultados por omegas francos. Sin nadie más en las cercanías para ayudarlo si se enojaban, sabía que su seguridad era más importante. "Necesito encontrar a alguien", dijo en su lugar. "Y tengo prisa. Pero gracias por la oferta." Con eso giró sobre sus talones y se escabulló, subiendo las escaleras hasta que se paró frente al dormitorio compartido de Harry y Liam.

Llamó con firmeza a la puerta antes de que pudiera ordenar sus pensamientos. Una sensación de pánico estalló dentro de él mientras trataba de formar una forma coherente y racional de preguntarle a Harry sobre su linaje.

La puerta se abrió un momento después para revelar a un Liam sin camiseta, con el pecho empapado de sudor y jadeando levemente. "¿Louis? ¿Qué estás haciendo aquí? Y ¿Por qué estás todo mojado?"

Louis inhaló bruscamente ante el fuerte olor a cuero que emitía Liam y le dio una breve mirada. "Podría preguntarte lo mismo".

Liam miró hacia abajo, como si de repente se diera cuenta de su ausencia de ropa y las gotas de sudor que se acumulaban en sus clavículas. Él se rió afablemente. "Sólo estoy haciendo un poco de acondicionamiento de fuerza", explicó, abriendo la puerta del dormitorio para revelar un tapete y varias pesas en el piso entre las camas.