💫 Perfecto error 💫 Jaywon

05

Jay conducía con la mirada fija en el camino hacia el departamento del Omega.

Jungwon tenía su mirada fija en el rostro concentrado de Jay, se mira tan elegante, la mano en la que llevaba el volante tenía puesto un reloj que por lo visto era muy caro, el automóvil se miraba muy lujoso en su interior.

Se sentía tan sumiso y avergonzado al saber que Jong Seong vería dónde vivía.

—¿Vas a seguir mirándome todo el camino?

Jungwon desvió su vista con sus mejillas rojizas hacia la ventana del auto, mirando el paisaje que poco a poco se volvía oscuro.

—¿Seguro que es por aquí Jungwon?— Jay miraba con asombro las calles por dónde se adentraba.

—P-puedes dejarme aquí, yo caminaré solo—. Jungwon se sentía humillado.

Su vecindario no era lujoso ni mucho menos prestigioso, se sentía avergoznado de alguna manera.

—No, te llevaré hasta tu departamento, puede pasarte algo a ti y al cachorro—. Jay siguió conduciendo.

"A ti y al cachorro"

Jungwon bajo su mirada con una sonrisa en sus labios.

—Pronto llegamos y disculpa por el lugar donde vivo.

Jay negó.

—Esta bien, es mejor que hoy mismo vayas a la mansión, no pienso dejarte ni un segundo más aquí—. Jay le sonrió a Jungwon.

El Omega solo asintió.

Y al fin llegaron, Jay acompaño a Jungwon hacia el departamento.

—No necesitas llevar mucho, después de todo solo irás por unos meses y podrás comprar lo necesario.

Jungwon solo asentia mientras terminada de cerrar la pequeña maleta.

—¿Solo llevarás eso?— Jungwon agachó la cabeza mientras jugaba con sus manos.

—No soy rico como tú, mi ropa está contada.

Jay se sintió incómodo.

—Lo asistentes no ganan muy bien, debí suponerlo.

Jungwon solo agachó su mirada.

—Dame eso—. Jay tomo la pequeña maleta que Jungwon intentaba cargar—. Vamonos.

Ambos salieron del departamento para subir al coche y dirigirse hacia la mansión de los Park.

—Puedes tomar una siesta, el camino es largo, atrás está una sudadera mía por si tienes frío—. Jay hablo mientras arrancaba el auto.

Jungwon estiró sus manitas hasta tomar la sudadera del mayor.

Se recostó en su brazo derecho mientras abrazaba la prenda e inhalaba el aroma a menta del alfa, en cuestión de minutos se quedó dormido dejando escapar unos lindos ronroneos.

Jay paro en un semáforo rojo y acarició la mejilla del menor.

—Sin duda serás un buen padre Omega— Jay chasqueo su lengua y continuo el camino.