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Jungwon dormía pero su sueño fue interrumpido por unos gritos que provenía del piso de abajo.

Escuchaba la voz de Jay y la abuela Sorn, pero había una que no identificaba.

Puso sus pantuflas y con cuidado se colocó por la pared de las escaleras.

Era Sunoo.

Había llegado, se había olvidado de la fecha.

Sólo asomó su cabecita pero el prometido de Jay logró verlo.

—¡¿Es ese bastardo de allá arriba?!— Sunoo había encontrado un olor dulce y de otro Omega sobre Jay.

La abuela Sorn subió rápidamente para ir hacia Jungwon e ir con el a la habitación.

—Sunoo espera a ¿dónde vas?— Agregó Jay.

El Pelirrosa subía las escaleras, Jungwon junto con la abuela Sorn se movieron rápidamente hacia su habitación, cerrándola con candado.

Unos ruidosos golpes en su puerta lo asustaron demasiado que abrazó su vientre protegiendo a su cachorro.

—¡Maldita perra!, ¡esperas un hijo de mi prometido!— Jungwon bajó sus orejitas y se escondió bajo las sábanas.

—Calma cariño, Jay hará lo correcto—. Sorn habló acariciando el vientre del menor.

—¡Maldita sea Sunoo!, deja a mis cachorros— Jay grito usando su voz de mando, que solo causo efecto en Sunoo, Jungwon se sentía protegido por la voz.

—¿Cómo que tus cachorros idiota?— Jay sintió una bofetada en su mejilla, sintiéndola arder—. Maldito infeliz.

—Sunoo, Jungwon me ha dado lo más preciado de mi vida, en tan solo 3 meses llenó el vacío que sentía cuando estaba a tu lado—. Hizo una pausa— Tus jodidos planes estaban antes que yo, siempre lo estaban Sunoo, me alegro de no haber formado un lazo contigo—. Jay aventó el anillo de compromiso a los pies de Sunoo—. Olvida la maldita boda y está estúpida relación con interés de por medio.

Sunoo rió.

—No sabes cuánto anhelaba esto—. El Omega quitó su anillo para aventarlo—. Ahora podré disfrutar de mi alfa sin tener que estar escondiendose.

Sunoo bajo del cuello su sudadera para dejar ver la freca marca.

—Por si no lo sabes, se llama Ni-ki, nunca me fui a Estados Unidos, estuve aquí en la ciudad, dándome un respiro de estar a tu jodido lado—. Sonrió— Saque de ti todo el dinero suficiente como para pagar mi carrera, logré mi objetivo.

—¿Ni-ki?— susurró Jungwon para si mismo.

El día que había ido con Ni-ki había percatado un olor a Omega, nunca pensó que fuera el prometido de Jay.

Jay sintió su corazón arder, ya no sentía lo mismo por Sunoo, pero durante años lo amo con toda su alma.

—Esta bien Sunoo, lárgate y no te quiero volver a ver aquí y mucho menos, acercarte a Jungwon o a mi cachorro—. Jay apunto la salida mientras intentaba abrir la puerta de la habitación de Jungwon—. Lárgate.

Sunoo dió la vuelta en sus talones, saliendo de la casa.

La puerta fue abierta y Jungwon se lanzó a los brazos de Jay, llorando, había tenido mucho miedo de que a su cachorro le pasará algo.

—Lo siento, no volverá a molestarte— acarició la cabellera negra de Jungwon mientras lo abrazaba con fuerza, escuchaba los sollozos del menor— Shh, al cachorro le hará mal.

La abuela Sorn salió para darle privacidad a sus nietos.

Jungwon escondió su rostro en el cuello de Jay, aspirando su aroma a menta.

—Mañana hablaremos ¿si?— Escucho un quejido de negación por parte de su omega— ¿Pasa algo?

Jungwon levantó su rostro brilloso por lado lágrimas.

—L-lo s-siento, a-arruine tu r-relación— El mayor negó.

—No puedes arruinar algo que ni siquiera está bien hecho, no es tu culpa cachorro—. Jay dejo un beso en su frente.

El Omega de Jungwon se sentía meloso, quería ahora más que nunca, mimos de Jay.

—¿M-Me puedes dar un b-besito?

Jay río y asintió.

Se agachó hasta dejar un beso en la comisura de sus labios, sintieron la electricidad recorrer sus cuerpos.

Jay al fin se sentía querido y lo más importante, se sentía completamente feliz.

💫 Perfecto error 💫 JaywonМесто, где живут истории. Откройте их для себя