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Jay recibió una llamada del hospital donde monitorean a Jungwon, solicitando urgentemente su presencia ya que era le único familiar del Omega, su familia lo había abandonado al enterarse de su rango, si, cuando se presentó siendo Omega.

Dejo todo como estaba y salió de la y mansión dónde esperaba a Jungwon, subiendo a su coche para ir lo más rápido posible al hospital.

Corrió hasta llegar a la recepción del lugar, quería entrar y no lo dejaron, unos guardias los tomaron por los brazos.

—Nombre del paciente— Habló la beta en la ventanilla del lugar.

Casi en un sollozó hablo Jay.

—Y-Yang J-ungwon— Sus lágrimas no dudaron en caer, algo malo había pasado al ver la mirada de la beta, quien solo asintio con lastima.

—Sigame por favor.

Llegó con un doctor quien le ofreció asintio pero no lo pudo hacer, necesitaba saber si sus cachorros estaban bien.

—Necesito que tome esto con calma señor Park.

Jay asintió con insistencia.

—El paciente llegó en un estado muy crítico— hizo una pausa— tuvimos que hacerle un legrado de emergencia, tuvo un aborto espontáneo.

Jay cayó sobre sus rodillas al suelo, su corazón dolía tanto, su lobo chillaba de tristeza.

—Lo siento pero el paciente perdió al bebé.

Jay negó.

—N-no yo s-se que e-ellos están bien— El alfa cubrió su rostro con sus manos mientras las lágrimas fluían sin querer parar.

El beta solo suspiro, era difícil y ahora venía lo peor, informarle al paciente.

—Puede pasar a verlo, aún no sabe que perdío al bebé, le recomiendo que no lo altere demasiado.

Jay siguió desesperadamente al beta, hasta que llegó a la sala de cuidados intensivos y lo vio.

A Jungwon recostado, más pálido de lo normal, moretones en su rostro y sus antebrazos, sus ojos cerrados mientras el pitido del monitor lo acompañaba.

Limpió sus lágrimas y pinto en su rostro la sonrisa más falsa que había hecho en toda vida.

Tenía que ser fuerte para Jungwon.

Se colocó en una silla alado de la camilla del Omega, tomando con delicadeza su mano y dejando un beso en el torso de esta.

Aún no despertaba, se acercó a su rostro y beso con cuidado cada una de sus heridas, se veía tan débil.

Jungwon comenzó a removerse en su lugar, hasta que vio a Jay, sonrió alegre.

Jay llegó, llegó por el y su cachorro.

Intentó levantarse para abrazarlo pero Jay lo recostó con cuidado y beso su frente.

—¿Encontraron la grabadora?— Jay no contesto—. L-logre grabar lo que Sunoo me hizo.

Jay apretó sus dientes, Sunoo pagaría por todo esto.

—Recien me avisaron que estabas a-aqui— Una lágrima se escapó por los ojos de Jay, preocupando a Jungwon —L-Lo siento tanto amor, todo e-esto es m-mi c-culpa.

Se acercó a Jungwon y lo abrazo con fuerza pero sin llegar a lastimarlo.

Jungwon sintió como Jay acariciaba su vientre y apretaba su bata que llevaba mientras sollozaba en su cuello.

¿Por qué hacía eso?

Oh dios.

—J-Jay—. Habló titubeando.

Se separó del abrazo y trato de mirar a Jay a los ojos, quien le desvio la mirada.

—D-dime que m-mi c-achorro e-esta bien.

No hubo respuesta.

—N-no hubo otra opción Won.

Jungwon abrió sus ojos, miro su vientre y comenzó a llorar fuertemente, ¿Por qué su cachorro?

En cuestión de segundos se volvió un desastre.

Comenzó a golpear los lados de la cama, mientras su llanto incrementaba y su pecho dolía.

Jay intento acercarse pero Jungwon lo alejó.

—V-vete Jay, n-no quiero v-verte ahora.

Jay negó y se acercó a Jungwon.

L-largate J-Jay, no quiero verte.

Jungwon temblaba mientras Jay se alejaba.

Jay antes de irse dejo un beso en su frente.

Jungwon vió como Jay salía, todo esto era su culpa, debió de cuidar mejor al cachorro.

Jay caminaba por los pasillos mientras jalaba su cabellos, escuchó un fuerte grito, era Jungwon.

Regreso rápidamente y vio a Jungwon intentando quitar su catéter.

Entro rápidamente y lo abrazó, dejándolo inmóvil para que no se hiciera más daño.

Jungwon se recargo en su pecho, llorando como nunca lo había hecho, el corazón de Jay dolía, le dolía ver a Jungwon así.

Acaricio su cabeza con amor, mientras dejaba besos en esta.

—Créeme que Sunoo pagará por esto Jungwon, créeme que lo hará.

Jungwon abrazo a Jay con fuerza con si fuera el último día de su vida.

Jay suspiró pesadamente, si tan solo hubiera insistido ese día para llevarlo, nada de esto hubiera pasado.

Jungwon no lograba controlar su llanto, se había encariñado con su cachorro, incluso compro un poco de ropita, ¿Ahora que haría?

—Estoy aquí, siempre lo estaré.

Jungwon no respondió y solo pensó en lo que haría, algo que desde el principio debió de haber hecho.

Alejarse de Jay.

💫 Perfecto error 💫 JaywonWhere stories live. Discover now