Jungwon un omega que solo visitaba uno de los hoteles más lujosos de Corea, encuentra a su destino, el cual está comprometido, un alfa rubio llamado Jay.
¿Todo saldrá bien?
◇ Jay: top.
Jungwon: bottom.
◇Omegaverse .
◇Mención de otras parejas.
◇Adap...
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Jay estacionaba el coche en la mansión, hoy había sido un día muy duro y movido, solo quería llegar y abrazar a Jungwon.
Entró a la mansión preguntando por Jungwon.
—Jungwon, llegué.
No hubo respuesta.
Tal vez estaba dormido.
Estos días había estado decaído por lo de la perdida del bebé, pero hacia todo para que no siguiera así, por eso hoy habia traido un poco de pastel.
Asi que guardo su portafolio y quitó su saco, para subir con el pastel para Jungwon.
Al llegar vio las luces apagadas y la maleta de Jungwon no estaba.
Algo muy raro, vio que el tocador de Jungwon también estaba vacío.
No, por favor no.
Dejo el plato en la mesa de noche para buscarlo, y justamente ahí, encontró una pequeña nota.
"Lo siento cariño, perdóname, no puedo seguir así, te amo.
—Jungwon"
Tiró la nota y negó con su cabeza.
—E-esto no puede ser así, n-no puedes d-dejarme—. habló entre hipidos.
Con desesperación abrió el armario, y notó que la ropa de Jungwon no estaba.
—Jungwon por favor no— las lágrimas caían por sus mejillas.
Reviso el baño, tampoco está ahí.
Conforme revisaba, su corazón se debilitaba y dolía, su lobo chillaba lastimero.
Fue a su recamara y no, no había rastros de Jungwon, solo estaba una camisa que el Omega había usado.
Jungwon se había ido.
Llegó a la sala y cayó sobre sus rodillas mientras hundía su cabeza en ellas, sollozando.
—J-Jungwon
Apretó entre sus puños la camisa, aspirando su rico aroma mientras su llanto se descontrolaba.
—N-no me dejaste d-despedirme.
Se incorporó en el sofá y tomó sus teléfono para marcar el de Jungwon.
—El número que usted marcó, está fuera del área de servicio.
Jay insistió demasiadas veces hasta que el número de Jungwon fue bloqueado, rendido se tiró sobre el sofá mientras cubría su rostro con sus manos y sollozaba en nombre del Omega.
Jungwon miraba su teléfono, Jay le estaba marcado.
Entre tanta insistencia, decidió bloquear su número.
Faltaban horas para aterrizar y poder ser libre.
¿Por qué él?
¿Por qué su cachorro?
Entre pensamientos ni siquiera sintió cuando las primeras lágrimas comenzaron a salir de sus ojos mientras miraba a traves de la ventanilla.
Cubrió sus ojos con las mangas de su abrigo.
Jay no tenía la culpa, merecía un Omega que fuera capaz de darle cachorros y una vida plena y hermosa.
Nada de eso podría hacerlo él.
Ni siquiera cuidar de sus cachorros podía hacerlo.
—Donde quiera que estás Jay, recuerda que te amo.
Sin nada más que decir, decidió tomar un sueño, estaba muy cansado.
—¿J-Jay?— Sunghoon creyó escuchar bien mientras iba detrás del asiento de Jungwon.
Había salido hacia Estados Unidos por unos asuntos de trabajo.
