Capítulo doce

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GENESIS

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GENESIS

Dos años D.B.

Celebrar un año juntos como novios fue toda una sorpresa para mí; no porque creyera que Taylor no era capaz de mantener una relación sentimental duradera, sino porque yo era muy frágil en ese momento. Sin embargo, con el pasar de los meses y años comprendí que había tomado la mejor decisión de mi vida al pedirle que fuera mi novio.

Casi cuatro años después cometimos la hermosa locura de casarnos en Las Vegas y nuestro certificado de matrimonio firmado por Darth Vader estaba cumpliendo dos años. Dos años de matrimonio, parecía muchísimo tiempo y a la vez nada. Para mí esos dos años eran una muestra de que no importaba lo que sucediera, Taylor y yo siempre estaríamos juntos.

—Dos años —soltó Taylor con asombro—. Dos años y nuestros compañeros del instituto decían que íbamos a terminar en el primer semestre del MIT.

—La gente puede ser muy idiota.

—Es lo que siempre he dicho.

Me sonrió a través de la habitación y no pude evitar perderme en su belleza. Estaba terminando de abotonar su camisa blanca y todavía tenía el cabello un poco húmedo tras darse una ducha. El olor de su loción para afeitar, combinado con su masculino perfume, me parecía la droga más deliciosa y peligrosa del mundo. Siete años se iban a cumplir desde la primera vez que lo había visto y seguía pareciéndome el hombre más atractivo del planeta. Sí, solía molestarlo al decir que Theo era más apuesto, pero la verdad era que Taylor había eclipsado al resto de los hombres y no había retorno para mí.

—¿No te gusta la camisa? —preguntó, malinterpretando mi exhaustivo examen y mi silencio.

—Claro que sí.

—Entonces estabas pensando en lo caliente que soy, ¿verdad?

—Me descubriste. —Fue mi turno de sonreír—. Arriesgándome a aumentar tu ego, admitiré que eres muy caliente. Y mucho más cuando te vistes elegante.

—¿Sí? Dime más.

Con sus ojos brillando como los de un depredador, se acercó a mí y su presencia me envolvió. Colocó sus manos sobre el tocador, a cada lado de mi cuerpo, acorralándome contra el mueble y sonriéndome de lado. Sentí el conocido tironcito en mis entrañas y poco me faltó para derretirme cuando sus labios rozaron mi barbilla.

Dos cuartos (RVB4.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora