Dos cuartos (RVB4.5)

Epílogo

GENESIS

Tres años y ocho meses D.B.

Rose Valley era nuestro destino y esa vez era definitivo. No más mudanzas, no más viajes para poder mantener a flote nuestro matrimonio, no más locas decisiones. Bueno, quizás las decisiones locas sí seguirían, pero en menor medida. Estaba emocionada por esa nueva etapa y a pesar de no tener a Theo con nosotros, sabía que sería mágica.

—Te prometo que si dejas de mirarlo no le sucederá nada malo —dijo mi esposo con ese tono divertido que utilizaba exclusivamente para mí.

—Lo sé, pero es bellísimo. ¿Cómo es posible que nuestro bebé sea tan hermoso?

—Claro que es bellísimo, cielo. Lo creamos nosotros.

Aparté mi mirada de Mason para posarla sobre Taylor y le dediqué una amplia sonrisa, una sonrisa cansada, pero sonrisa al fin y al cabo. Finalmente había entendido a todas esas personas que decían que los primeros meses de maternidad eran difíciles y no se debía al hecho de que mi pequeño hijo fuera inquieto o algo similar, no lo era y a veces parecía irreal lo tranquilo que había resultado ser; sin embargo, me costaba no estar sobre él todo el tiempo para asegurarme que estuviera a salvo y eso era algo que mi amado esposo me estaba ayudando a superar.

—Tiene tus ojos —dije con alegría.

—Y tu nariz.

—Tu cabello.

—Tus orejas.

No pude evitar reír y de manera automática dirigí mi atención a mi pequeño bebé para asegurarme que no lo hubiese despertado. No, seguía durmiendo como el niño tranquilo que era.

—Oh, vamos, O'Malley. Este niño no podría parecerse más a ti, no hay duda de cuáles son los genes dominantes.

­—Le irá bien con las mujeres.

—Y con los hombres, nuestro niño será amado por todos y no solo por su atractivo.

—Siento que no deberíamos intentar planificar su vida desde ahora, es probable que esto quede en su inconsciente y si no cumple con nuestras expectativas desarrolle un severo caso de baja autoestima.