๛ nueve.

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En las dos semanas que Charlotte llevaba trabajando en la corporación Kirschtein, ya se le había hecho costumbre almorzar todos los días junto a su mejor amiga y la novia de esta, eso había generado un vínculo aún más grande con la pareja y no se sentía tan sola cómo solía sentirse cuándo apenas llevaba dos días trabajando en la oficina.

—Charlotte, ¿tienes planes para mañana? —cuestionó la pecosa mientras esperaba que la impresora terminara su trabajo— Hisu y yo iremos a una fiesta en la noche, te queríamos invitar.

—En realidad ya tengo planes..—respondió la castaña.

—¿Qué harás? —esta vez fue Historia quién irrumpió en aquella conversación.

Charlotte frunció sus labios en una mueca de seriedad, la verdad es que no le acomodaba mucho decir sus planes de sábado frente a Historia e Ymir porque sabía que la llenarían de preguntas ni bien terminase de hablar, pero la mirada de los ojos azules de la rubia era tan penetrante que no tuvo más opción que decirlo.

—Iré al parque de diversiones con Floch..

Ellas ya sabían de Floch, Historia había presenciado todo eso cuándo recién había ocurrido y Charlotte se encargó de contarle todo con lujo de detalles a Ymir, pero definitivamente ninguna de las dos se esperaba que la castaña fuese a salir con él en algo qué para cualquiera luciría cómo una cita.

—¿Acaso vas a tener una cita con tu ex novio, Charlotte?

—¡Claro que no! —se apresuró a responder con las mejillas teñidas en carmesí— Simplemente saldremos para ponernos al corriente, y somos mejores amigos, Ymir.

—Jamás me agradó del todo, pero siempre te cuidaba y protegía, así que no soy quién para opinar.

La rubia se dio la media vuelta y se dispuso a volver a su puesto de trabajo, era cierto, jamás le había terminado de agradar el pelirrojo pero hacía feliz a Charlotte y la cuidaba, aún así no le terminaba de hacer sentido el hecho de que fuesen a salir. ¿En serio no era una cita? Porque a sus ojos, era precisamente lo que aparentaba.

—Creo que no le agrada la idea de que tengas una cita con tu ex...—murmuró Ymir.

—¿Tendrás una cita con tu ex? —cuestionó Marco entrometiéndose de la nada en la conversación.

—¡Que no es una cita!

Ambos pecosos comenzaron a carcajearse fuertemente al ver a la menor tan frustrada, lo cierto era que Marco había generado un lazo estrecho dentro de la oficina con Ymir apenas la conoció y lo mismo ocurrió con Charlotte. Ambas se le hacían sumamente simpáticas y era bastante grato mantener conversaciones con ellas.

—Charlotte.—se dirigió a la castaña quién seguía de brazos cruzados— Jean estaba esperándote en su oficina.

—Me voy entonces, con permiso.

Se dio la media vuelta sobre sus talones y comenzó a caminar a paso apresurado hacia la oficina de Jean, la verdad es que no tenía absolutamente ningún apuro en llegar ahí, pero cada vez que el castaño la llamaba era mejor estar ahí en dos segundos a no ser que quisieras que Jean se molestase. Sus pálidos nudillos golpearon dos veces contra la puerta de madera antes de que Jean le diera permiso para pasar desde el otro lado de la puerta; al entrar, el castaño tenía sus narices hundidas en un viejo libro de amarillentas páginas que estaba en francés y sus lentes resbalaban por el puente de su nariz haciéndolo lucir adorable a la vista de cualquiera.

Ese era el verdadero Jean, aquel que disfrutaba leer en horas de trabajo y odiaba profundamente tener que leer y firmar documentos todo el santo día.

troublemaker | jean k.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora