Él vivía con la cabeza en otro mundo y la vista en su cuaderno, su forma de ver al mundo era algo caótica y realista, tanto así que no se permitía tener sueños que no estuvieran sujetos a la realidad.
El Caos en el que vivía no le permitía averigu...
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Ojalá pudiera decir que me emociona estar en una nueva escuela y tener la oportunidad de visitar otros lugares o conocer nuevas personas pero mentiría, me encantaba mi antiguo colegio y amaba mi ciudad, lamentablemente no todo dura para siempre.
No tenía una mala vida y tampoco veía necesario el cambiarla, me gustaba tal y como estaba, sin dramas ni problemas. Solamente era una vida tranquila y alegre.
Cuando mis padres me dijeron que debíamos mudarnos fue algo... sorpresivo y muy aterrador, no me daba tristeza dejar amistades o mi hogar en sí, podía visitarlo cuando quisiera, lo que verdaderamente me preocupaba era el como sería mi vida en este nuevo lugar.
Nunca se sabe como será el nuevo comienzo y no tenía a nadie que me guiará en este nuevo viaje, si, ya se que tenía a mis padres pero ellos no me acompañarían al instituto, dentro de ese edificio sería yo quien se encargaría de todo y en verdad costaba un poco.
Es aterrador iniciar en un lugar completamente sola pero desde luego preferí verle el lado amable al asunto, ahora mi padre tenía un mejor empleo y nuestra casa era más hermosa que la anterior, nuestra vida había mejorado de muchas formas y me alegraba.
No tenía por qué quejarme ya que sabía bien que muchos otros chicos quizas matarían por estar en mi lugar y tener la posibilidad de tener una nueva oportunidad de inicio, yo no pensaba desaprovecharla.
Ahora tenía una ciudad nueva que explorar y un cuarto entero que decorar, también tenía un nuevo perro y un jardín precioso al cual podria fotografíar, estaba lleno de flores pequeñitas que lo hacían lucir precioso y mágico a la vez.
Mi familia entera estaba feliz de tener este nuevo comienzo y yo no podía arruinarlo.
Lo bueno de todo esto es que aquí tenía la gran oportunidad de mostrar ciertas facetas mías que ni muerta habría mostrado en mi antigua ciudad, eran algo... Criticones y hipócritas, aunque no todos obviamente, había gente maravillosa que llegue a querer demasiado y que seguramente extrañaría.
Ahora que tenía una oportunidad nueva me sentía más... Libre de ser quien era, quizás aquí sí podría dejarme fluir sin temor alguno y vivir lo que siempre había querido.
Estaba feliz de conocer nuevas personas y conseguir más amigos, mi cabeza generó miles de escenarios en los cuales todo mundo me recibía con los brazos abiertos en el nuevo instituto y al principio así fue, la gente fue amable y si, algo asfixiante pero seguían siendo amables. Todo estaba bien... hasta que apareció ese chico con cara de muerto.
Cuando lo vi en la oficina del director con ese cabello oscuro y aquel aire aburrido y cansado creí que sería el típico chico misterioso por el cual todas morían.
En efecto, me equivoque, no era misterioso sino aburrido pero acerté en el hecho de que la mayoría parecía morir por él.
Lo cual era raro porque su mirada gritaba un fuerte y claro : "LARGATE, NO ME INTERESAS"
