Capítulo 11 (La Cena)

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Decir que me sentía mejor luego de una larga siesta era mentira, realmente había despertado con un humor de mierda, mucho peor que el usual

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Decir que me sentía mejor luego de una larga siesta era mentira, realmente había despertado con un humor de mierda, mucho peor que el usual.

Últimamente había dormido demasiado gracias a que seguía sintiendo que mis padres se enterarían de la fiesta a la que había ido el fin de semana.

Ya habían pasado dos días y no había visto ningún video ni rumor sobre las peleas y desde luego ellos no habían notado los pequeños golpes que tenía.

Aún así no había pasado un lindo día y creí que tomar una siesta ayudaría pero el hecho de que mi madre me dio la fantástica noticia de que tenemos una estúpida reunión solo lo empeoro totalmente.

—Nos vamos en 15 minutos —Centré mi atención en Amelie que me observaba con curiosidad —Te vez bien así... —Observe con disgusto la camisa señida a mi cuerpo —... pero mamá dijo que necesitas ponerte el saco y la corbata.

Fruncí el ceño.

—No pienso ponerme una jodida corbata, menos un saco estúpido —Acomodo con lentitud las mangas de la camisa sintiendo como la prenda comienza a asfixiarme. Odio usar traje.

—Jay...

—No, ya hice mucho usando un pantalón de vestir y esta cosa horrenda —Señale con fastidio el cinturón que apretaba como si intentará quitarme el aire.

Ella al contrario de mí, adoraba estas cenas, le gustaba recibir atención de los reporteros y vestir como si fuera a una gala; siempre decía que se sentía como una estrella de cine.

Admiraba la forma en la que ella podía mantener una actitud linda en estas circunstancias. Aunque aceptaba que ella lucia bien con ese vestido azul y los tacones gigantes, no estaba seguro de que yo fuera a sentirme cómodo con un traje.

—Te verías más guapo con corbata... —Se acercó hasta mí con el saco y la corbata en mano —Si quieres te ayudo a hacer el nudo.

—Déjalo, lo haré yo mismo —Le quite las prendas arrojando el saco a la cama y empecé con la tarea de hacer el tonto nudo.

Amelie se quedó unos segundos observándome como si esperara que recapacitara y aceptará su ayuda. No lo hice evidentemente, no se trataba de mi orgullo o ego, simplemente no me gustaba tener a las personas demasiado cerca, aun cuando ella era mi hermana.

Tenía en cuenta que ella sabía que no me gustaba que invadieran mi espacio personal, aunque lo entendía siempre buscaba la manera de estar más cerca de mí, no digo que repudie del todo el contacto de mi hermana pero tampoco soy fanático de tenerla detrás de mí cada segundo del día.

—Bueno si no me necesitas iré abajo, no olvides el saco —Me dio una sonrisa amable antes de salir de mi habitación haciendo resonar sus zapatos.

Mire el saco color negro sobre mi cama y suspiré con cansancio ; tendría que usarlo si no quería recibir un sermón de parte de mi madre sobre la importancia de lucir bien esta noche, ni siquiera había ido a clases por culpa de esta reunión. Me hicieron sufrir toda la tarde yendo de un lado a otro solo para conseguir un traje que no pensaba usar más de una vez porque ellos jamás dejaban que reutilizara ropa para este tipo de eventos.

𝖫𝗈𝗌 𝖯𝖾𝗇𝗌𝖺𝗆𝗂𝖾𝗇𝗍𝗈𝗌 𝖣𝖾 𝖩𝖺𝗒 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora