Él vivía con la cabeza en otro mundo y la vista en su cuaderno, su forma de ver al mundo era algo caótica y realista, tanto así que no se permitía tener sueños que no estuvieran sujetos a la realidad.
El Caos en el que vivía no le permitía averigu...
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(sin corregir)
-¡Este lugar es la puta maravilla! -Me giro viendo la cabeza de Allan a unos pocos metros de mi, intentó seguirle el paso pero la multitud enloquecida simplemente no me permite cruzar entre ellos.
Incluso habíamos tenido una mini pelea con el guardia de seguridad al momento de ingresar al lugar, además de que fue jodidamente difícil buscar un lugar donde estacionar el auto.
Quién diría que venir a un concierto significaba tener que empujar gente sudorosa, despeinada y de dudosa higiene, simplemente para conseguir lugares justo frente al escenario.
Y podría decir que son pocos civilizados pero justo ahora estaba dispuesto a empujar al que fuera solo por llegar hasta adelante.
Imaginenlo así, estar en un concierto es como estar en un apocalipsis zombie, tienes que correr, empujar y luchar por sobrevivir, incluso en esta situación podías llegar a recibir mordidas justo como en el apocalipsis zombie.
Pero que se puede hacer, la gente se vuelve loca cuando se trata de sus ídolos.
Llevamos veinte minutos en este lugar y ya había perdido a los chicos entre tanta gente, solamente veía sus cabezas y espero que Allan haya agarrado a su novia por que de lo contrario la pequeña Amanda debe estar sufriendo entre tantos lunáticos.
Ya imagino lo jodido que debe ser medir poco y ser pisoteado al doble, incluso alguien como yo que entra justamente en el adjetivo "alto" estoy siendo masacrado, ahora imagina tu como es para la gente bajita.
Y hablando de gente bajita.
-¡Joder mi pobre pie! -Me rio discretamente de la rubia que se había quedado detrás de mi usándome como escudo para la gente. Su vaga excusa es que según ella era enorme como para cubrirla de tanta gente sudorosa.
Por qué claro, la rubia con olor a jardines es muy especial para ser juntada con gente borracha y sucia.
Aún así mi pobre anatomía no evitaba que la pisaran y empujaran mientras intentábamos llegar hasta Allan y los chicos, sus chillidos y maldiciones me divertían y verla mirar a todo y todos con molestia me hacía creer que para ella también era una experiencia extraña el estar en un concierto así de grande.
-¡Mueve tus pequeñas piernas! ¡Por tu culpa ya perdí de vista a Allan! -Me mira de mala forma y le da un codazo a un par de chicas antes de maldecir nuevamente y tomarme del brazo como si fuera su maldita ancla entre tanta gente.
De hecho es casi así, la pobre casi se nos ahoga entre la gente.
-¡No me presiones! ¡Esto es muy difícil si no eres alta!
