Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.
EL SOL HABÍA VUELTO A BRILLAR sobre Hogwarts, aunque ahora lo hiciera de forma débil. Dentro del castillo la gente parecía de lo más optimista. No había vuelto a haber ataques después de lo pasado con Justin y Nick Casi Decapitado, y a la señora Pomfrey le encantó anunciar que las mandrágoras se estaban volviendo taciturnas y reservadas, lo que quería decir que rápidamente dejarían atrás la infancia. Y, lo que también significaban que la Señora Norris volvería a estar por los pasillos.
Llegaron a pensar que tal vez el heredero de Slytherin se había acobardado. Cada vez debía se resultar más arriesgado abrir la Cámara Secreta, con el colegio tan alerta y todo el mundo tan desconfiado. Tal vez el monstruo, fuera lo que fuera, se disponía a hibernar durante otros cincuenta años.
Ernie Macmillan, de Hufflepuff, no era tan optimista en ese sentido. Seguía convencido de que Harry era el culpable y que se había delatado en el club de duelo, algo que por poco le había ganado un puñetazo por parte de Dianne, e incluso cortesía de Daphne y Theo. Peeves no era de gran ayuda en ese sentido, pues iba por los abarrotados pasillos saltando y cantando aquella estúpida canción: <<¡Oh Potter, eres un zote, estás podrido...!>>, pero ahora además interpretaba un odioso baile en sintonía.
Gilderoy Lockhart, en su absurda nube de autoelogio, estaba plenamente convencido de que era él quien había puesto freno a los ataques. Lo habían escuchado decírselo a la profesora McGonagall, mientras los alumnos se dirigían en hilera hacia la clase.
—No creo que volvamos a tener problemas, Minerva—dijo, guiñando un ojo y dándose golpecitos en la nariz con el dedo, con aire de experto—. Creo que esta vez la cámara ha quedado bien cerrada. Los culpables se han dado cuenta de que en cualquier momento yo podía pillarlos y han sido lo bastante sensatos como para detenerse ahora, antes de que cayera sobre ellos... lo que ahora necesita el colegio es una inyección de moral, ¡para barrer los recuerdos del trimestre anterior! No te digo nada más, pero creo que sé exactamente lo que...
De nuevo, se tocó la nariz en prueba de su buen olfato y se alejó con paso decidido.
La idea que tenía Lockhart de una inyección de moral se hizo patente durante el desayuno del día 14 de febrero. También conocido como el Día de San Valentín o el Día de los Enamorados...
Dianne no había dormido demasiado bien, al igual que Daphne y Astoria, por la forma en la que la serpiente de Slytherin se había movido por la noche. Había estado inquieta, al igual que Dark, y ninguno de los dos animales había pegado ojo en toda la noche. Y si los animales estaban alerta, Dianne no era capaz de dormir. Siempre había pensado que ellos notaban antes el peligro, por lo que estuvo montando guardia, como si estuviera en el medio del bosque delante de una hoguera. Y como ella estuvo despierta, las hermanas Greengrass también.
