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Decir que estaba lista para hablar con mamá sería una mentira. En realidad estaba asustada por la reacción de mi madre ante mi presencia.

—vamos a darle la noticia de que estás aqui- menciona Raquel entusiasmada.

—creo que sería mejor que yo hable primero a solas con ella...- menciono a lo cual me da una cara de desaprobación.

-—Raquel!, Te traje de cenar!- grita mi madre a lo cual me apresuro a salir primero de la habitación, dejando con la palabra a mi hermana.

Bajo las escaleras un poco insegura.

- hola mamá...- mi madre se da la vuelta rápidamente y como si no lo pudiera creer me ve de a bajo hacia arriba.

- mi niña- de acerca apresuradamente a a abrazarme, creo que desde hace dos años que no abrazo a mi madre pero no me importa. Se siente muy bien un abrazo de mamá.- estás hermosa, y has crecido mucho- me da besos por toda la cara.-¿Cuando llegaste?¿Ya comiste?- pregunta examinandome.

Cómo mamá es enfermera siempre quiere tenernos en forma.
Recuerdo cómo la abuela me decía que mamá me mandaba mis frascos de vitaminas para que estuviera sana.

- llegué hace una hora, algo así- intento poner mi mejor cara.- no se por cuánto tiempo me quedaré.

- ah no, eso sí que no, tu te quedarás aquí una temporada-

Quedó confundida- ¿Que?-

— Estás cada vez más grande... Podría decirse que ya ni te reconocía— bromea.

- ¿Estás segura que puedo quedarme?- pregunto tímidamente

- desde luego, y antes de que comiencen las clases tu y Raquel irán al mismo colegio-

Eso me alegra.
Cómo si mi madre leyera mi mente, yo realmente quería quedarme aquí sin decirle lo que había pasado en casa de la abuela.

Aún no me sentía lista como para hablar del tema.

- gracias mamá- abrazo a mi madre con fuerza (sin acerles daño)

.- bueno mis queridas hijas, a cenar.

Raquel y yo nos sonreímos y nos sentamos a la mesa.

(...)

A la mañana siguiente Raquel me acompañó a comprar pintura.
Me menciono algo de Ares que tenía que arreglar pero en si quería ver a Dani, lo entendía perfectamente.

Ella me invitó a ir con ella pero realmente tenía que encargarme de mi cuarto, no podía invadir la privacidad de Raquel por mucho tiempo.

Saco algunas cajas y las acomodo en un clóset viejo que no se utiliza, barro y sacudo casi todo después de toser un poco.

Abro la ventana de mi habitación y aire fresco entra, retiró las cortinas polvorientas.

Y cuando mi habitación queda totalmente vacía me dispongo a pintarla.
Pudo comprar dos botes de pintura, una de color celeste y una blanca.

Ya veré como me las ingenio.
Saco algunas acuarelas y pinturas que traje conmigo.

Trazó un paisaje que descargue de Pinterest
Intento que salga lo más parecido ya que así soy yo... Perfeccionista.

(..)

Tras unas horas pintando veo que se empieza a nublar.

—tendré que darme prisa— agarro mi cartera y una sudadera que tengo.

Obtengo lo que quiero de la tienda afortunadamente.
Camino por un par de minutos hasta que veo al último Hidalgo.

—lo que me faltaba— lo pienso pero no lo digo.

Has como que no lo ves.

Has como que no lo ves.

Eso es lo que haré.
No está en mis planes tener una amistosa charla con ese hidalgo.
Necesito terminar lo que inicié.
Y como no deje bien serradas las ventanas de mi habitación, si llega a llover estaré en problemas.

Camino lo más apresurado posible y me pongo la capucha.

Grave error.

Por qué al parecer eso hace llamar la atención del Hidalgo haciendo detenerse enfrente de mi y voltearme a verme.
 

NOOOO.

—Hola...amm..—creo que estaba buscando en algún Lugar de su cerebro mi nombre— t/n— confirmado.

— hola— también me detengo, si algo me a enseñado mi madre es a saludar y ser respetuosa, aunque no lo parezca.

— Es grato volver a verte—menciona con una gran sonrisa.

— lo mismo digo, amm tengo un poco de prisa...— apunto al cielo—  no quiere que la lluvia me gane— pongo de excusa al pobre cielo.

— bueno si gustas puedo acompañarte— ¿Cómo le digo que no?

— amm me suena bien— Si que soy Idiota.

Y como si el cielo cobrará venganza empieza a llover, y no una lluvia leve, una lluvia que llevaría dos mares si fuera posible.

— demonios— menciono.

— creo que debemos darnos prisa— toma mi mano y comienza a correr.

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Así me imaginé pintando.

Así me imaginé pintando

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𝐸𝑙 𝑢́𝑙𝑡𝑖𝑚𝑜 𝐻𝑖𝑑𝑎𝑙𝑔𝑜. Apolo y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora