∆∆∆ 9 ∆∆∆

1.7K 129 3
                                    

Buscar a Raquel fue más complicado de lo que pensé, buscamos por casi todo el bar, o bueno no todo, nos faltó la famosa sala de juegos, pero siendo sincera no me apetecía entrar ahí, y menos con Apolo tomando mi mano.

¿Apolo está tomando mi mano?

De un momento a otro Apolo me jala y me guía hasta la pista.

—¿Que haces?— menciono cuando él comienza a bailar.

— creo que Raquel no va a parecer en un buen rato, quizás esté con un chico, así que disfrutemos la noche querida Amivecina—

Raquel con un chico así por qué si, no, definitivamente esa no sería Raquel.

— Raquel no es así, voy a buscarla — digo para intentar irme pero Apolo me retiene.

— Vamos, diviértete— dice tomándome de la cintura acercándose hacia él.

— Pero y —

— solo se vive una vez— dice antes de que la música comience a subir de volumen.

Bailando con un Hidalgo, y con el menor, nunca lo hubiera imaginando.

Recuerdo lo bien que me la pasaba con mis amigas, bailar y reírnos toda la noche.

Si que era bastante lindo, hasta que lo conocí, un chico de dos años mayor que yo, pelirrojo y alto.

Quedé enamorada desde el primer instante que lo vi, pero nunca me imaginé que sería mi peor pesadilla.

Evan, era su nombre, el nombre que hasta hoy en día me atormenta y me hace tenerme asco a mi misma.

Unos meses, que para mí fueron los mejores de mi vida con un chico en el cual yo me enamoré perdidamente él, que hasta perdí mi virginidad.
Lo peor de todo es que solo fue para pasar el rato y burlarse de mí.

Me grabó, y lo compartió con todos sus amigos, llegando me afectar hasta en mi instituto, nunca supe cómo era la verdadera vergüenza hasta ese día. El día en el que en los pasillos de mi instituto había chicos que se burlaban  me decían cosa tras cosa que me hacía avergonzarme.

Llegué incluso dudar en seguir viviendo
Evidentemente termine con él y me prometí a mi misma no volver a confiar en nadie más, inclusive no enamorarme si fuera necesario.

No encariñarse, ni confiar.

Eso es lo que me propuse para venirme a vivir aquí.

𝐸𝑙 𝑢́𝑙𝑡𝑖𝑚𝑜 𝐻𝑖𝑑𝑎𝑙𝑔𝑜. Apolo y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora