Capítulo 6

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"Me preguntó si la tristeza desaparece en algún punto de la vida; si existe la posibilidad de jamás volver a sentir ese vacío en el corazón."

— Elaine Lúart.

▫️▫️▫️

Entro a la casa y lo primero que llega a mi es el olor delicioso de la comida de mi madre. Sonrío un poco al verla con el delantal cocinando, tiene un gran sonrisa y eso hace que mi pecho sienta un poco de felicidad porque si ella está feliz yo también lo estoy. Camino hacia ella y le doy un pequeño beso en la mejilla, su sonrisa desaparece y se forma una mueca desagradable.

—Tu padre está furioso porque no habías llegado, no puedes estar todo el día fuera de casa, eso no hacen las señoritas decentes —comienza a decir.

—Lo siento.

—Con un lo siento no es más que suficiente, ¿Acaso no te gusta estar con tu familia?

¿Familia? No creo que el que dice ser mi padre sea mi familia ni mucho menos mi hermano. Hace mucho tiempo dejaron de ser mi familia, ahora solo estoy yo contra todo el mundo aunque no niego que me gustaría que mi madre estuviese a mi lado para que el dolor sea más fácil de sobrellevar.

—¿A ti te gusta estar con mi padre?

—Por supuesto que sí.

—¿Aunque te maltrate y te haga hacer cosas que no quieres?

Ella deja de cocinar y me mira con confusión.

—Soy su mujer por lo tanto tengo que hacer lo que él me diga, así funciona esto, debes tener feliz al hombre que haz elegido aún cuando a ti no gusta lo que te ordena.

Guardo silencio pensando en lo que ella me ha dicho. Comienzo a colocar los cubiertos en la mesa para que cuando los hombres de la casa bajen ya todo esté listo. Mi padre baja y solo me da una escaneada antes de sentarse, por mi parte me siento a un lado de mi madre, con la cabeza baja para no tener que mirar a nadie a los ojos, mi pecho sube y baja con rapidez, siento que mi corazón se va a salir en cualquier momento. Seco mis manos en mi suéter para comenzar a cenar, después de unos minutos llega August y por su puesto a olvidado el respeto porque se sienta en la silla y le ordena a mi madre que le sirva la cena.

Muevo la comida con el tenedor, hay un completo silencio que me hace sentir tan incómoda. Es raro que mi padre no me ha reclamado por llegar tan tarde. Mastico la comida sin degustarla tanto, la comida de mi madre es deliciosa pero yo no puedo comer, mi apetito hace mucho tiempo se fue.

—¿Irán a mi próximo juego? —pregunta August.

Me tenso por completo, sin embargo, me limito a seguir moviendo la comida sin querer ver a nadie.

—Yo no puedo pero tú madre irá —dice mi padre.

—Esta bien —dice él.

Agradezco que no me haya dicho que también vaya, no me apetece ir a verlo jugar.

Seguimos cenando en silencio hasta que por fin terminamos todos. Cómo siempre me encargo de hacer la limpieza de la cocina antes de irme a mi habitación. Llevo los platos a la cocina y comienzo a fregarlos para poderme ir.

—¿Todo bien en la escuela? —pregunta mi madre.

—Si.

—Has estado muy rara últimamente —comenta.

—No se a que te refieres —no quiero verle el rostro porque sino terminaré llorando.

—Cuando te veo ya no veo a mi pequeña niña.

El rostro de la depresión #2 [✓]Where stories live. Discover now